Por Geraldina Colotti
En vísperas del III Congreso Internacional de Comunicación, que abre sus puertas en Caracas en el marco del Festival Mundial Antifascista, adelantamos la entrevista a Tania Díaz, rectora de la Universidad Internacional de las Comunicaciones (LAUICOM), sede del III Congreso, contenido en el libro Comunicación liberadora. Un volumen de ensayos, que recoge contribuciones de numerosos intelectuales latinoamericanxs y europexs, y que será presentado para la ocasión en LAUICOM
Estamos en las instalaciones de la Universidad Internacional de la Comunicación (LAUICOM). En la pared, retratos del comandante Hugo Chávez y del presidente Nicolás Maduro. Destacan una gran bandera de la Venezuela Bolivariana y una galería de imágenes que rememoran las etapas de un proceso revolucionario de 25 años: una revolución “pacífica, pero armada” en búsqueda permanente del equilibrio dialéctico entre conflicto y consenso.
“Un ejercicio constituyente que se renueva cada día en la doble tarea que la Constitución Bolivariana atribuye al pueblo: la de ser a la vez legislador y comunicador”, nos dice Tania Díaz, periodista y diputada, vicepresidenta de formación e ideología del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), rectora de LAUICOM desde 2022. En las paredes, una exposición recuerda la historia de esta Universidad concebida por Chávez y creada por Nicolás Maduro.
Le pedimos a Tania que vuelva sobre las etapas, en pro de los nuevos estudiantes y lectores de este libro.
Hace tres años, este local parecía un montón de escombros.¿Cómo fue posible este milagro?
Nos encontramos en la sala Earle Herrera, dedicada al gran periodista, escritor y poeta venezolano, quien trabajó aquí, en la antigua sede del diario El Nacional, antes de que dejara de ser un periódico y se transformara en un instrumento de desestabilización política contra la Revolución Bolivariana.
En estas oficinas se prepararon muchas campañas de odio. Aquí había un verdadero laboratorio de guerra contra nuestro proceso. Earle fue un columnista de ElNacionaly un reportero excepcional, el más autorizado de todos en la Venezuela de la época. Esperábamos el fin de semana para leer su crónica autoral: nosotros, sus alumnos, aunque a él no le gustaba recordar que yo había sido su alumna porque decía que le hacía sentir viejo. Pero él era mi profesor…
Él era también un gran poeta, como se desprende del poema Contra el bloqueo, que hemos colocado en el epígrafe, muy actual y de gran impacto.
Sí, y fue un gran reportero, nos enseñó a amar el género, pasión que conservo. Estos locales fueron recuperados por la revolución y luego destinados a LAUICOM debido a una fake news, o más concretamente a un deep fake. En 2015, Diosdado Cabello, vicepresidente del PSUV y ahora ministro del Interior, Justicia y Paz, era presidente de la Asamblea Nacional. Un líder importante, que proviene del mundo militar, la figura cívico-militar de mayor rango de la revolución. Yo, como parlamentaria, presidía la comisión de comunicación popular, donde también estaba Earle. Un día, 82 periódicos latinoamericanos, más ABC de España y El Diario de las Américas, de Miami, publicaron en primera plana que Diosdado era el jefe del “cartel de los soles”, el jefe del cartel internacional del narcotráfico, y que por este motivo había sido denunciado por un tribunal de Nueva York. Earle y yo nos reunimos con otros camaradas de la comisión y comenzamos a buscar fuentes y corroboraciones, que no existían. Earle dirigió la investigación y elaboramos un informe que demostraba que, en realidad, no había ninguna noticia, ni denuncia en ningún tribunal, ni fuente que pudiera confirmar lo que 82 periódicos habían informado como primicia el mismo día.
…Y los siguen escribiendo…
Sí, y el mecanismo sigue funcionando de la misma manera que lo denunciamos entonces. Earle llamó a nuestra investigación: “Triangulación mediática contra Venezuela”: porque El Nacional citaba a El Diario delas Américas, que refería a su vez a ABC, que mencionaba a ElNacional. Se retroalimentaban. Para todos, Diosdado era “el hombre fuerte del régimen”, jefe del narcotráfico. La familia del capitán, que afortunadamente está muy unida, lo acompañó al día siguiente al parlamento para brindarle apoyo moral. Realizamos una reunión de grupo y llevamos la investigación a la plenaria, obteniendo un voto de aprobación. Diosdado decidió presentar una denuncia. Desde entonces ha habido recursos y recursos, hasta que el Tribunal Supremo de Justicia falló a su favor en 2022.
Una dictadura muy extraña, que tarda 7 años en reconocer una calumnia evidente contra un dirigente político como Diosdado.
Así es. Mientras tanto, el director de El Nacional, Miguel Henrique Otero, se había ido a España a montar una fundación para conspirar contra nuestro gobierno. Había dejado a todos los trabajadores sin sueldos ni cotizaciones, y antes había cortado la luz a los diseñadores gráficos que habían ocupado el local para obtener sus derechos, y que continuaban trabajando. Entonces, el Poder Judicial, en representación del Estado, confiscó esta instalación y, como compensación, se lo entregó al demandante (Diosdado), tras ganar una demanda que se extendió por siete años. Cuando llegamos aquí, todo estaba destruido, todos los sistemas de servicios públicos, todo había sido destrozado. Los diseñadores gráficos regresaron aquí para recuperar algunos documentos para presentarlos ante el tribunal laboral y, por supuesto, les abrimos la puerta. Poco a poco fuimos recuperando la estructura, con el aporte de mucha gente que vino a echar una mano. El decreto que implementa la universidad, sin embargo, data de 2019, aunque soy formalmente rectora desde 2022 y ya estaba en funcionamiento desde esa fecha. Durante la pandemia organizamos 26 seminarios en un lugar prestado.
Fue idea tuya y de Beverly Serrano, ¡¿recuerdas?! Luego, desde que ingresamos a esta oficina, lo que era una comunicación por la opresión, por el ataque al pueblo, ha cambiado completamente de significado, convirtiéndose en comunicación por la liberación, como dice nuestro lema.
¿Cómo se dio este decreto?
Esta universidad es un proyecto del comandante Chávez. De eso no había hablado conmigo, lamentablemente, sino con otros, incluido Fernando Buen Abad, nuestro rector internacional. Fernando, que es testarudo, mantuvo su punto de vista sobre la universidad. Así, como recordarás, a partir del Foro de São Paulo, se organizaron diversos congresos sectoriales, incluido el Primer Congreso de Comunicación, y discutimos este tema, que ya había sido presentado en el Foro de São Paulo de 2018, en La Habana. En aquel entonces, el vocero de nuestro equipo de Agitación, Propaganda y Comunicación (APC) del PSUV era el diputado Carlos Sierra. La idea era crear un centro de formación especializado en comunicación, un espacio de encuentro para analizar cómo contrarrestar la dominación del tecno-capitalismo sacando fuerzas de nuestra memoria histórica, de la identidad de los pueblos y de la historia de las revoluciones, para construir una comunicación emancipadora. En diciembre de 2019, organizamos aquel maravilloso Congreso Internacional donde, como recordarás, nació la idea de la universidad. Y entonces pasó una de esas cosas que nos pasan. No sabemos cómo, pero pasan aquí en Venezuela. El presidente Maduro nos llamó. A las 21 horas, cuando estábamos en la plenaria de clausura y al día siguiente habría acto final en Miraflores. El Presidente nos pidió que redactáramos el decreto de fundación de la universidad, y que él lo firmaría al día siguiente. Y así lo hice, después de haber enriquecido el texto del decreto con algunas conclusiones importantes, dándonos así la oportunidad de crear una universidad totalmente gratuita y dotada de algunas líneas académicas como le pedíamos: una universidad especializada en comunicación política y de alcance internacional, con un fuerte énfasis en la investigación y la comunicación popular. Un espacio de creación, formación y organización basado en la idea de pueblo comunicativo, que Chávez nos transmitió en paralelo al concepto de pueblo legislador.
¿Cómo han tomado forma en estos 25 años estos dos conceptos claves de la Revolución Bolivariana?
Cuando el comandante convoca a la Asamblea Nacional Constituyente, llama al pueblo a trabajar junto con los legisladores, para redactar la constitución que dé a los venezolanos la ciudadanía plena. Les dice a los legisladores: ustedes no escribirán la constitución, sino el pueblo. Pensándolo bien hoy, su discurso de apertura de la Asamblea Constituyente con el que presentó una serie de propuestas tuvo muchas similitudes, en estilo y contenido, con el Discurso de Angostura del Libertador Simón Bolívar. Chávez convocó al pueblo a redactar la Constitución, y al mismo tiempo, inició un ejercicio de comunicación popular. Luego del 4 de febrero y del “por ahora” que el pueblo reunió y reanudó, el de la Asamblea Nacional Constituyente fue el primer gran ejercicio comunicacional de la revolución, que convirtió al pueblo en partícipe y maestro de la comunicación. Cuando Chávez asume el poder y jura sobre la “moribunda constitución”, cuando promete que le dará al pueblo un marco constitucional que le permita decidir su propio destino, se produce un cambio de paradigma, un punto de inflexión no sólo para nuestra filosofía política revolucionaria, sino también por aquellos legisladores populares que redactaron la Constitución, la aprendieron de memoria y la utilizaron como arma diaria para la defensa y para la construcción de una nueva página de la historia. En aquel entonces, el presidente Maduro encabezaba la comisión de participación ciudadana. Siendo conductor de autobús, organizó su camión constituyente, junto a Darío Vivas, y la gente llenó con propuestas los buzones correspondientes.
¿Cómo se ha construido la fuerza del pueblo comunicador?
Como periodista participé en el debate del artículo 58 de la Constitución, que ya había suscitado una gran discusión en la última parte de la Cuarta República, cuando el sistema de alternancia bipartidista ya estaba llegando a su fin. Los periodistas pedimos el derecho de réplica y rectificación, y dimos la misma importancia a la libertad de expresión y al derecho a la información, dos artículos presentes en nuestra Constitución. Está el de la libertad de expresión, comúnmente utilizado en toda la legislación nacional e internacional, que permite expresar lo que se piensa asumiendo la responsabilidad. También está el artículo según el cual el pueblo tiene derecho a la información veraz y libre, dice que eres responsable de lo que dices. El artículo 58 establece el derecho a responder y rectificar información falsa y contiene un artículo aparte sobre el derecho de las niñas y niños a recibir información adecuada para su desarrollo integral. Una ley que estamos ampliando. Paralelamente al pueblo legislador surgió el pueblo comunicador. Aprendimos a ser ciudadanos, protagonistas de nuestro destino, escribimos la Constitución como una página de nuestro futuro y comenzamos a comunicarnos de otra manera. Los periodistas nos dimos cuenta de que el pueblo estaba disfrutando y que no iba a volver atrás, no dejaría que le arranquen esa bandera.
¿Cómo se refleja este concepto en LAUICOM?
Al articular teoría y práctica, la Universidad busca desarrollar este pensamiento del comandante, que se adelantó a su tiempo y cambió la historia del país. Analicemos el concepto de pueblo comunicador desde un punto de vista social, político y cultural, en relación con lo ocurrido en Venezuela. Investigamos nuevas formas de agresión cognitiva, lo que esta forma de guerra significa para la mente, el corazón y el espíritu a la luz del nuevo capitalismo de la vigilancia. Analizamos el papel de Venezuela como laboratorio brutal de esta forma de guerra, pero también, la forma en que el pueblo sabe defenderse de esta agresión. El nuestro es un enfoque marxista, pero desde una perspectiva multidisciplinaria. Hasta aquí, han llegado voluntariamente historiadores, sociólogos, teóricos de la comunicación, estudiosos de la semiótica como el profesor Buen Abad, intelectuales y muchos militares, trayendo a la Universidad sus conocimientos sobre la guerra no convencional, lo que tiene mucho que ver con nuestras materias de estudio y con nuestra metodología.
¿Y cómo se armoniza todo esto, cómo se aprovechan las diferentes competencias?
LAUICOM tiene dos ejes de intervención: desde hace tres años estudiamos los mecanismos de guerra cognitiva y paralelamente los de defensa. Con Buen Abad abordamos el abanico de temas relacionados con la semiótica de la emancipación, analizamos el discurso político y el de los liderazgos de izquierda en la región. Estamos estudiando un tema que pertenece a la comunicación política y la estrategia electoral, más orientado a evaluar la forma de comunicación que los pueblos producen a partir de su experiencia, yendo a contracorriente del discurso impuesto por los centros de poder hegemónicos. Estas formas las estudiamos desde un punto de vista teórico y práctico para convertirlas en la formación que tenemos en la Universidad, que es formación para el combate. Decimos que LAUICOM es comunicación política, emancipadora y popular. Tres elementos básicos para el conocimiento y la orientación.
¿Cómo están organizadas todas estas visiones? ¿Qué influencia tienen en la comunicación gubernamental dentro y fuera del país?
Algunos dicen que en Venezuela no tenemos una política comunicacional. No lo creo. Creo que hay una política de comunicación no teorizada, pero que, como gobierno tenemos una línea de comunicación desde que el comandante Chávez asumió este principio. Tenemos dos áreas de trabajo, una de guerra cognitiva y su contraste, otra de búsqueda de soberanía en la comunicación para los nuevos tiempos. Hablábamos de ello, en relación a la ley de comunicación en materia de niñez y adolescencia. Siempre es necesario partir de la contradicción entre capital y trabajo, que sigue siendo esencialmente la misma. Algunos sostienen que estamos en una etapa de poscapitalismo en la que el choque es entre el gran capital y los estados. Ciertamente, en Venezuela está claro que la estrategia del enemigo no es sólo contra la revolución, sino también contra el Estado-nación. Estamos trabajando en la comunicación para la emancipación, para formar ciudadanía, identidades y cultura, para definir nuestro socialismo del siglo XXI, y para ello, ir a nuestras raíces, redescubrir a nuestros poetas, a nuestros héroes y también a nuestros teóricos en el ámbito de comunicación y la política. Mientras tanto, el capital actúa para crear consumidores y mano de obra esclava y barata. En LAUICOM estamos trabajando en esta contradicción, considerando que Venezuela es el epicentro de esta batalla al menos en la región: por ser la mayor reserva de petróleo del mundo, porque posee recursos y minerales estratégicos que el tecnocapitalismo necesita para alimentarse, pero también porque tenemos otro recurso extraordinario que es este proceso de emancipación socialista y bolivariana para el siglo XXI que se está llevando a cabo. Si bien no hemos logrado consolidar la unión de las naciones del Sur, la impronta bolivariana que el comandante ha traído al presente siglo permanece imborrable en los pueblos del Sur. Y constituye “una amenaza inusual y extraordinaria” en los propósitos de las élites capitalistas. Intenciones definidas en los salones del Pentágono como estrategias de guerra de dominación y ocupación de territorios: incluso de territorios intangibles, de espacios a ocupar para conquistar la voluntad de los pueblos, y la nuestra en particular. Analizando estas estrategias, vemos que el enemigo hoy no sólo necesita vencernos, fragmentarnos y disolvernos políticamente, sino que también quiere infligirnos una derrota moral, secarnos a nivel espiritual, entristecernos y quitarnos la alegría. En la Universidad trabajamos para construir las herramientas para la contraofensiva.
Los documentos de la OTAN y los proyectos capitalistas tienen en la mira el socialismo en todas sus formas, que en cualquier caso se considera una dictadura y, en cualquier caso, un fracaso. LAUICOM, por el contrario, pretende redescubrir nuestras raíces marxistas. Estamos releyendo a Ludovico Silva, Federico Brito Figueroa, algunas de cuyas obras estamos a punto de reeditar, y estamos poniendo en el centro el pensamiento bolivariano como doctrina y no como proyecto en todas sus dimensiones. También tomamos en consideración el pensamiento decolonial de algunos profesores, que revaloriza la cosmogonía ancestral en los orígenes de la convivencia comunitaria que necesitamos hoy.
En los países capitalistas, un cierto pensamiento decolonial ha debilitado la dialéctica entre conflicto y consenso, que sigue muy presente incluso en una sociedad en proceso de transición al socialismo. Si este vínculo falta, la necesidad, la estrategia y los costos relacionados con un cambio estructural en las relaciones de poder desaparecen. Una claridad que proviene, en cambio, del anticolonialismo de Frantz Fanon y otros marxistas importantes del siglo pasado. ¿Cómo se aborda este problema en la Universidad?
Para sostener nuestra integridad territorial, nuestra soberanía e identidad y nuestro Estado-nación, necesitamos crear nuevas formas de comunidad, formas de interacción humana que vayan contra la corriente de la dinámica de las comunidades virtuales del capitalismo. Nos guste o no, la comunicación digital está creando nuevas formas de comunidades virtuales, que debemos afrontar oponiendo al estudio y adaptación de lo que existe en nuestro ADN, en el camino de los pueblos originarios: la comunidad, fundamental tanto para el sistema de comunicación y el educativo. Un camino que ciertamente no es lineal, sino que debe enmarcarse en los cursos y recurrencias históricas en que se ha dado y se está dando. La forma en que estamos resistiendo la guerra cognitiva, el intento de desintegración como comunidad y como Estado-nación es un potencial que trasciende el ámbito nacional y puede ser útil a nivel regional para entender lo que pasó en Colombia, en Brasil. Necesitamos darle más importancia a esto, convertir la experiencia en teoría. Por ello, apelamos, durante diversos congresos, a teóricos y analistas provenientes de otras latitudes, y donde existen otras formas de interacción social propias de las sociedades capitalistas.

Tras las elecciones del 28 de julio, la extrema derecha logró imponer su versión de los hechos a nivel internacional, exigiendo como un mantra la publicación de los registros electorales, confundiendo así también a los países moderados de la región y a la izquierda de los países capitalistas europeos. ¿No cree que se debería hacer un mayor esfuerzo para contrarrestar los mecanismos ideológicos de control que, en Europa, son mucho más sofisticados, comprendiendo más profundamente la historia de la lucha de clases y los puntos donde, como en Italia, fue derrotada en el último siglo, permitiendo a la burguesía imponer sus propios paradigmas?
Tienes razón al insistir en este punto. Es necesario reflexionar sobre un espectro más amplio sobre los mecanismos para combatir lo que un ensayista francés, Philippe Courcuff, describe en su libro con el elocuente título: La grande confusión, y en el que cuestiona la forma en que la extrema derecha ganó la batalla de ideas. Dice: el gran descubrimiento en este tipo de comunicación es la confusión. Un sistema tan antiguo como el mundo, que sin embargo se complica y se multiplica a través de medios digitales que lo hacen mucho más rápido y potente, trayendo al presente la vieja estrategia de la propaganda de guerra, que tiene mucho que ver con la propaganda goebbellsiana sobre la manipulación de masas. Volvamos a la violencia postelectoral, cuya crónica relaté en nuestro libro Las caras del fascismo en el tercer milenio. En realidad nos tomó por sorpresa la extrema derecha, que impuso una realidad falsa en el imaginario. En esos días, justo en esta sala, un amigo que conoce Venezuela, me preguntaba: ¿Por qué no publicas estas actas y terminas con esto? Mientras tanto, estábamos sitiados y teníamos que defendernos de ataques cibernéticos y territoriales, porque rodeaban nuestras casas, quemaban centros electorales, atacaban y mataban a nuestros y nuestras militantes. Y, mientras tanto, impusieron el mantra de las actas, cuando todos saben que en Venezuela nunca se han mostrado actas en papel, porque en el sistema automatizado se envían directamente a la autoridad electoral, el CNE, cuya página fue atacada, hasta desconectar la principal fuente de datos reales, e imponer así su propia versión a nivel internacional. Con la confusión lograron realizar el ataque contra Venezuela, pero cuando nos recuperamos de la sorpresa, nuestro pueblo, que sabe cómo funcionan las elecciones, entendió que había sido mentira. Por lo demás, hay que considerar que Venezuela está sometida a una censura brutal, amplificada por la comunicación digital que enmascara o “limpia” los ataques encubriéndolos, tal vez, con lindos nombres y palabras en inglés. Es muy difícil romper la barrera de la comunicación incluso en nuestro territorio, porque este mundo está dominado por corporaciones de medios de comunicación vinculadas a intereses monopolísticos específicos a nivel económico, militar y tecnológico. La lógica de la comunicación en la que nos movemos es la del capitalismo: un capitalismo en crisis sistémica que, a medida que va perdiendo espacios de hegemonía en el mundo, reacciona de manera aún más brutal para aplastar la comunicación emancipadora basada en los ideales del socialismo. Si antes dominaba el papel impreso, los periódicos tenían una línea editorial específica y se podía elegir qué leer, ahora somos presa de la dictadura del algoritmo, manipulado por el capitalismo de las plataformas que orienta el consumo de los usuarios en las redes sociales, brindando respuestas predeterminadas para cada sector y gusto. Y ahora estamos en la etapa de desarrollo de la inteligencia artificial, diferente y más pervasiva. Debemos defendernos enfrentando una guerra asimétrica en la que el enemigo posee herramientas mucho más poderosas que las nuestras. Por ello, pensamos que es fundamental crear comunidades capaces de afrontar lo que Chávez llamó guerrilla comunicativa y Fernando Buen Abad define guerrilla semiótica. Estoy de acuerdo contigo en que la batalla por la memoria, la defensa de la historia de las revoluciones y la búsqueda de puntos comunes entre los intentos de tomar el poder en el último siglo sirven para comprender mejor al enemigo común en esta globalización capitalista. Creo que nuestra experiencia, forjada en la resistencia a un bombardeo ideológico permanente, sirve para construir comunidades sólidas y solidarias que interactúan, reflexionan, construyen teoría y, sobre todo, luchan contra el enemigo común tal como se presenta en diferentes latitudes. La labor fundamental de la universidad es esta: crear espacios de diálogo entre los pueblos, sin censura, para dar munición a la batalla común. La inspiración teórica proviene de las enseñanzas de Simón Rodríguez, Simón Bolívar y las de Chávez.
Como periodista comprometida en política, usted vivió el tránsito de la Cuarta República al socialismo bolivariano y luego esta última fase, tras el fallecimiento del Comandante. ¿Cómo era la comunicación en la época de Chávez en comparación con la actualidad?
Con Chávez conocimos una ruptura con las formas de comunicación que habíamos estudiado y eso nos dio las herramientas para enfrentar la actual estrategia de dominación. Chávez miró la realidad como el militar que era. Basándose en la teoría militar de la dominación, planificó y evaluó el equilibrio de poder y las alianzas, y evaluó las tendencias en el tiempo. Y en esto fue un gran precursor. Ya un año después de la aprobación de la Asamblea Nacional Constituyente, en 2000, uno de los primeros decretos promulgados se refería al uso de la tecnología de Internet por parte de los ministerios, los organismos adscritos y la población interesada. A partir de ese momento se establecieron infocentros en todo el país. Sostuvo que para ser ciudadanos de nuestro tiempo, para ofrecer al mundo nuestro proyecto de transformación socialista, debemos aprender a dominar el espacio digital. Así, cuando en 2002 los grandes medios de comunicación privados organizaron el golpe de Estado junto con la patronal y las jerarquías eclesiásticas, y arrogantemente afirmaron haberlo derrotado, dijo: No necesito estos medios, necesitamos luchar contra el latifundio mediático dando cabida al pueblo comunicador. Luego, se produjo la gran difusión de los medios comunitarios y alternativos. Recuerdo que también tenía mi periódico comunitario. En la escuela de comunicación me encontré con otros protagonistas del proceso, con quienes contribuimos a desarrollar todo el sistema de información pública y comunitaria. Les contaré un episodio. En 2010 fui ministra de Comunicaciones por un corto tiempo, porque luego tenía que participar en la campaña electoral. Había rumores de que Chávez quería abrir una cuenta en Twitter y Forocandanga. Durante un consejo de ministros estábamos esperando la llegada del presidente, cuando me llama el general Bencir Guerrero, quien estaba a cargo de la prensa presidencial, y me dice que el Comandante quiere hablar conmigo y me pide que vaya a la televisión nacional, VTV, porque se habría conectado con nosotros. Me encuentro allí con Diosdado Cabello y hablamos de la noticia inminente: el Comandante ha abierto una cuenta en Twitter basada en el concepto de tropa. Es decir, un contingente de soldados que poseen armas, propósitos y una misión clara, guiados por un superior y por la moral, en un lugar determinado y con una tarea determinada en el tiempo. Y así organizamos nuestras “tropas”, nuestras comunidades virtuales. Hoy en día existen herramientas más poderosas, pero la lógica básica es la misma. Basta ver cómo el capitalismo impone su lógica, colocándote en un determinado espacio para hacerte consumir determinados productos en función de tus intereses sectoriales. Para invitarnos a preservar nuestro modelo de socialismo, el presidente Maduro nos invitó a estudiar, para la formación del partido, el socialismo con características chinas y los fundamentos sobre los que se asienta. El partido es la fuerza principal de la revolución y proporciona las herramientas teóricas para distinguir lo verdadero de lo falso.
Desde el genocidio en Ruanda hasta el genocidio contra los palestinos, el imperialismo construye laboratorios de guerra para acostumbrar a las masas al horror y elevar cada vez más el umbral del “caos controlado”, según la estrategia de la OTAN. ¿Cómo podemos evitar que el pueblo ataque al pueblo, que un vecino ataque a otro, como también hemos visto en Venezuela?
Desde Ruanda hasta Venezuela y Palestina, el elemento común es sembrar el miedo. Pero, antes de todo, está el intento de destruir la base material, la infraestructura. Mediante la imposición de medidas coercitivas unilaterales, o con intervención militar, el objetivo es aislar a los individuos privándolos de derechos básicos e induciéndolos a un estado primordial, dispuestos a todo. Luego viene la operación de guerra psicológica, la propaganda de guerra que induce a apuntar al objetivo equivocado, provocando que el pueblo ataque al pueblo. Los medios de comunicación han sido y son instrumentos de esta estrategia. Dar fuerza material y conciencia colectiva a las comunidades son las principales herramientas de combate.
Y, ¿cómo analizas las líneas comunicacionales del presidente Maduro?
El presidente Maduro es muy chavista y actúa considerando tanto al pueblo legislador como al pueblo comunicador. Con el Congreso del Bloque Histórico todas las generaciones de chavistas discutieron cómo diseñar el socialismo bolivariano dentro de treinta años. Un ejercicio constituyente. Dice el Mandatario: somos una revolución basada en un proceso constituyente permanente. Por eso, se está dando otro gran paso adelante en la construcción de las comunas, a partir de consultas públicas a nivel económico, jurídico y comunicacional. Un ejercicio permanente del poder popular, de la democracia directa, acompañado de la elección de jueces de paz comunitarios. Antes de partir a otro plan, Chávez recomendó a Nicolás las comunas como si le hubiera recomendado su propia vida, como embrión de desarrollo del socialismo. Un concepto que tenía muy presente Aristóbulo Iztúriz, y cuyo pensamiento forma parte de LAUICOM. Aristóbulo, que el 20 de diciembre habría cumplido 78 años, retomó y teorizó el concepto de toparquía, expresado por Simón Rodríguez como desarrollo del potencial territorial, a partir del cual el poder popular tiene la potestad de resolver necesidades concretas. Y cabe señalar también que, en el parlamento, se ha activado un espacio de diálogo entre el chavismo y la oposición democrática, que involucra a todas las regiones con miras a reformar la ley electoral, haciéndola más adecuada para protegernos de la desestabilización como la seguida al 28 de julio. Como lo demuestran los congresos celebrados en los ámbitos nacional e internacional —Bicentenario, de la Nueva Era, del Bloque Histórico, del Alba y de la Internacional Antifascista—, en el ejercicio político de gobierno, Maduro actúa en plena continuidad con los lineamientos del gobierno de Chávez, construyendo nuevas formas de democracia participativa y protagónica y comunicándolas a través de calles, redes, medios y paredes. Un ejercicio constituyente que estamos construyendo, que aprendemos cada día viviéndolo como en los días posteriores al 28 de julio. Nos estamos preparando así para evitar que suceda lo que planeó la extrema derecha y puso en práctica Milei en Argentina: apoderarse del Estado para hacerlo implosionar desde dentro. La dirigente de una UBCh, Liliana Estuy, luego de ser atacada por fascistas en su barrio por ser chavista, tomó su celular y grabó el siguiente mensaje: “Conozco a los culpables y quiero que se haga justicia. Podría ir a buscarlos y hacerles pagar, pero no lo hago, porque siento que de esa manera le haría daño a mi UBCh, a mi partido y a Maduro”. Escuchándola pensé que la comunicación emancipadora, que enseñamos en la universidad, había llegado a través de “calles, medios, redes y paredes” siguiendo las indicaciones de Simón Rodríguez cuando explica que en las comunidades estamos juntos para resolver problemas colectivamente, no para enfrentarnos unos contra otros. Una advertencia presente en todas las acciones políticas de Nicolás.
¿Y cómo explica el éxito del programa de Diosdado, Con el mazo dando?
Cada una de nuestras regiones produce caracteres específicos, muy diferentes desde los llanos hasta Los Andes. La familia de Diosdado es del oriente del país: gente alegre, instintiva, capaz de reírse de todo. Como Chávez, Diosdado cuida nuestras raíces, habla de su pueblo, El Furrial, como si fuera Mesopotamia y todos conocen sus detalles. Como el Comandante, que conocía los cantos, dichos y personajes históricos de cada lugar por el que recorrió, Diosdado renueva nuestra identidad, nuestra ciudadanía. Además, el programa, un espacio donde reímos, cantamos y nos divertimos, es también un escenario político, en el que se escenifica el conflicto de clases existentes en el país. Un espacio en el que se reproduce en términos simbólicos el escenario de guerra y conflicto real, en el que, incluso, se atacan y desmantelan vivamente las posiciones de la extrema derecha, pero se produce un efecto catártico. Y así, en definitiva, se hace un llamado a la identidad común a todos los venezolanos y venezolanas, una mezcla de razas y religiones quizás con menos prejuicios que otros países. Un poderoso espacio de comunicación inaugurado por Hugo Chávez y renovado diariamente por Nicolás Maduro.
Resúmen Latinoamericano