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Hugo Chávez: Un legado que Florece en el corazón de Venezuela

Prensa LAUICOM- Este 5 de marzo, el corazón de todo un pueblo late al mismo ritmo para recordar al hombre que, con su voz fuerte y su mirada llena de determinación, sembró esperanza en los lugares más olvidados del país: El comandante, Hugo Chávez.

El 5 de marzo, Día de la Siembra del comandante Hugo Chávez, un día que no es para llorar su partida, sino para celebrar que su espíritu sigue vivo en cada rincón de la patria.

Hace doce años, Venezuela sufrió por la partida física del comandante Chávez, pero su esencia quedó aquí, en esta tierra que tanto amó y en este pueblo que lo amará por siempre.

Chávez se sembró en cada habitante de su querida patria. Y desde entonces, su presencia ha crecido en cada lugar del país: en la sonrisa de un niño que va a la escuela, en una familia que recibe atención médica, en un agricultor que trabaja su tierra con orgullo, en cada persona que dice con firmeza: Yo soy Chávez.

Las plazas se convierten en lugares de homenaje, donde los retratos del comandante son abrazados, sonriendo, guiñando un ojo, recordándonos que la lucha no ha terminado, que la patria sigue viva, que el amor por Venezuela es para siempre.

En cada rincón del país, se escuchan sus palabras, esas que nos decía con tanta pasión: «Toda mi vida y por amor a un pueblo, la dedicaré hasta el último segundo a ella, para la lucha por la democracia y el respeto de los derechos humanos. Yo lo juro».

12 años de lucha incansable

Hoy, 12 años después, esas palabras suenan como un grito de esperanza, como una promesa que nos une en la lucha por un futuro mejor. Chávez no solo dejó un proyecto político, dejó un sueño: el sueño de una Venezuela justa, libre y llena de oportunidades.

En Barinas, su tierra natal, el olor a lluvia y a tierra mojada parece traer su voz, como si el comandante estuviera caminando entre los campos, mostrando que la patria es como un árbol: hay que cuidarla, regarla con esfuerzo y amor.

Caracas, se llena por estas fechas de gente que llega con flores, con canciones, con lágrimas que no son de tristeza, sino de agradecimiento, porque Chávez no fue solo un presidente, fue un padre, un hermano, un amigo.

Fue el hombre que nos enseñó a creer en nosotros mismos, a no tener miedo, a luchar por lo que es justo. Fue el líder que nos mostró que el pueblo no es solo un grupo de personas, sino el alma de la patria. Fue el soñador que nos hizo ver que otro mundo es posible, que la justicia no es un sueño lejano, sino algo que se construye todos los días.

Por eso no se llora su partida, celebramos su siembra, porque Chávez no murió, se convirtió en pueblo, en lucha, en futuro. Y mientras haya un venezolano que crea en la justicia, en la igualdad, en la patria, el comandante seguirá vivo, guiándonos, inspirándonos, recordándonos que la victoria no es un lugar al que llegamos, sino un camino que recorremos juntos.

¡Chávez vive! ¡La patria sigue! ¡Y venceremos!

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