Nosotros, firmantes de esta carta, expresamos nuestro más enérgico repudio ante la censura ejercida contra cineastas venezolanos en España. La exclusión de sus obras de los espacios de exhibición y la imposición de barreras ideológicas para su difusión constituyen un atentado contra la libertad de expresión y el derecho de los pueblos a narrar su propia historia.
El cine, como forma de arte y documento histórico, es una herramienta esencial para la reflexión crítica y el diálogo entre sociedades. Silenciar voces incómodas o disidentes no solo empobrece el panorama cultural, sino que refuerza lógicas autoritarias que, bajo el pretexto de la democracia, terminan por erosionarla.
Denunciamos toda forma de censura, venga de donde venga y se justifique como se justifique. La cultura no puede estar sometida a vetos políticos ni a la imposición de una única visión del mundo. La censura es la negación del pensamiento crítico y del derecho de los pueblos a construir su propia memoria.
Exigimos el cese inmediato de estas prácticas y la garantía efectiva de espacios para la libre circulación del arte y las ideas. Llamamos a la comunidad internacional, a los organismos de derechos humanos y a todas las voces comprometidas con la justicia a condenar este atropello y a defender la plena libertad de creación.
Porque la cultura no se silencia,
Porque la historia no se borra,
Porque la libertad de expresión no se negocia.
