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Juntos por una educación que transforma

Prensa LAUICOM – La Universidad Internacional de las Comunicaciones (LAUICOM), en alianza con el Movimiento Social Son de Sucre, convocó a docentes, estudiantes, líderes comunitarios y organizaciones populares al salón múltiple de la institución para un diálogo profundo sobre la educación como práctica de libertad, inspirado en el legado de Paulo Freire.

Este encuentro no fue solo un espacio académico sino un acto de resistencia educativa. Ocho mesas de discusión se convirtieron en plataformas de escucha activa, donde se tejieron voces desde los barrios, las escuelas rurales, los colectivos juveniles y las organizaciones de base. No se trató de hablar sobre la educación, sino de construirla desde la comunidad.

El eje central fue la conciencia crítica como herramienta de liberación colectiva. Los participantes coincidieron en que la educación no puede ser un mero transmisor de contenidos al servicio del status quo, sino un proceso de desvelamiento: desenmascarar las estructuras de poder que normalizan la desigualdad, la exclusión y la manipulación. “No educamos para adaptarnos al mundo, sino para transformarlo”, afirmó una docente de una escuela comunitaria de los valles sucrense.

Se resaltó con fuerza la manipulación tecnológica como nueva forma de dominación: el algoritmo que decide qué pensamos, la información que nos adormece en lugar de iluminarnos, la educación digital que reduce al estudiante a consumidor pasivo de datos. Frente a esto, se propuso una educación popular comunitaria: que nace del territorio, que parte de las historias vividas, que usa la tecnología no como fin, sino como medio para organizar, cuestionar y actuar.

“¿Qué sentido tiene saber usar una red social si no sabemos quién la controla y para qué?”, preguntó un joven activista. La respuesta fue unánime: necesitamos una educación que nos devuelva la capacidad de decidir, de organizarnos, de decir “no” a lo injusto y “sí” a lo colectivo.

En este sentido, se destacó la carta de Simón Bolívar a su maestro Simón Rodríguez no como un documento histórico, sino como un recordatorio de como la educación es la única vía para que el pueblo no sea esclavo ni de tiranos ni de mercaderes. La educación no es un privilegio, es un derecho de lucha.

El cierre fue un compromiso de firmar un pacto comunitario por una educación liberadora. Cada mesa propuso una acción concreta: talleres de alfabetización mediática en centros populares, espacios de lectura crítica en plazas, redes de docentes comunitarios que articulen escuelas y barrios.

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¡El pueblo comunica, el pueblo decide! LAUICOM siembra raíces en el Zulia

Prensa LAUICOM – Este lunes 3 de noviembre, en las instalaciones de la Universidad Nacional Experimental “Rafael María Baralt” (UNERMB), se llevó a cabo un acto histórico para el despliegue de los Ambientes Territoriales de Aprendizaje de la Universidad Internacional de las Comunicaciones (LAUICOM) en el estado Zulia.

Durante la jornada, la Vicerrectora Académica de LAUICOM, Tibisay León, anunció:
“De manera formal procedemos a instalar la Comisión Promotora de Territorialización de LAUICOM en el Zulia. Esta comisión es un equipo técnico académico-administrativo designado por el Consejo Directivo Provisional #3 Extraordinario de LAUICOM, presidido por la Rectora de LAUICOM la ciudadana Tania Díaz”.

Los responsables de la Comisión Promotora Estadal son:

Tibisay León, Olga Uribe, Ibrahim Infante, Cristopher Oropeza, Iris Fernández, Francis Marval y Daniela Álvarez.

Asimismo, se instaló formalmente el Equipo Promotor Provisional del Estado Zulia, conformado por:

Dr. Rixio Romero, Rector de la UNERMB y la Prof. Damelis Chávez.

Este equipo asumirá la responsabilidad de garantizar los primeros procesos académicos, administrativos y comunitarios en el territorio, en estrecha articulación con el Poder Popular, movimientos sociales y entes gubernamentales.

Como parte del avance institucional, se constituyeron las mesas de trabajo para los estudios de factibilidad político-administrativo y académico, pasos indispensables para la articulación de LAUICOM con el núcleo universitario General en Jefe Almidien Moreno Acosta, en San Francisco, Zulia, a través del despliegue de sus Ambientes Territoriales de Aprendizaje.

Este hito refuerza el compromiso de LAUICOM como universidad territorializada, brazo académico de la Revolución Bolivariana, y su vocación por construir Ambientes Territoriales de Aprendizaje desde el diálogo de saberes, la educación popular robinsoniana y la comunicación para la liberación.

¡LAUICOM + Territorio!
¡Rumbo al Núcleo!

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Hugo Chávez: El sueño de un pueblo sabio

Prensa LAUICOM – El 3 de noviembre de 2003, bajo un sol que parecía bendecir cada palabra, el Comandante Hugo Chávez no habló desde un podio, sino desde el alma. Frente a jóvenes, obreros, madres y adultos mayores que por primera vez sentían que la universidad no era un sueño, dictó su primera clase magistral para una misión del pueblo soñador. Ese día compartió, más que una clase, un abrazo colectivo en forma de la Misión Sucre.

La llamó antorcha. Porque no solo alumbraba mentes, sino que encendía esperanzas, porque él puso la universidad al alcance de las manos callosas, de los pies descalzos, de los que tuvieron que hacerse cargo de una familia sin estar preparados, de los que cargaban sueños más grandes que sus mochilas.

Tras Robinson y Ribas, Sucre fue el puente final hacia la dignidad del saber. No se trataba solo de títulos, sino de justicia: la certeza de que cualquiera, sin importar su situación, pudiera ejercer su derecho a la educación, porque todos merecen una oportunidad, todos merecen estudiar.

El Comandante Chávez no veía estudiantes como números, sino como semillas. Y en cada aula, en cada rincón de barrio convertido en campus, sembró con convicción: “Educación no es privilegio, es derecho”. Hoy, cada graduado que abraza a su madre con toga y lágrimas, es un reflejo de aquella antorcha que aún arde.

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LAUICOM y SON DE SUCRE unen fuerzas en un programa educomunicacional para fortalecer al pueblo comunicador

Prensa LAUICOM – La Universidad Internacional de las Comunicaciones (LAUICOM) y el Movimiento Comunicacional SON DE SUCRE, unidos por una visión común de la comunicación como acto político y herramienta de liberación, presentan un ciclo de talleres orientado a fortalecer la palabra del pueblo, la formación crítica y la resistencia frente a las narrativas imperiales en la sede de LAUICOM.

Este esfuerzo conjunto se fundamenta en tres tareas estratégicas que guían el trabajo de SON DE SUCRE y que LAUICOM, como universidad comprometida con los pueblos del mundo, asume plenamente: la defensa de la Patria, el desmontaje de las mentiras mediáticas y la difusión de los logros de la Revolución. Ambas instituciones entienden que la comunicación no es neutral y debe ponerse al servicio de la emancipación colectiva.

El ciclo inicia este 28 de octubre con el taller “Comunicación Política como Herramienta del Pueblo Comunicador”, y continuará con talleres clave:

  • Herramientas para facilitar a partir de la Educación Popular (7 de noviembre)
  • Congreso de Comunicación Popular (14 de noviembre)
  • Comunicación para la Liberación con IA (21 de noviembre)
  • Geopolítica del Caos (28 de noviembre).

Con este ciclo, LAUICOM y SON DE SUCRE manifiestan con firmeza su compromiso latinoamericanista, antiimperialista y popular, formando comunicadores capaces de construir contranarrativas, defender la soberanía informativa y visibilizar las luchas y conquistas de los pueblos.

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Estudiantes de Belice participan en el Centro Internacional de Idiomas Andrés Bello

Prensa LAUICOM- El Centro Internacional de Idiomas Andrés Bello (CIIAB), adscrito a la Universidad Internacional de las Comunicaciones (LAUICOM), continúa impulsando su Programa de Evaluación y Certificación en lengua española en articulación con el Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria de Venezuela.

Esta iniciativa está dirigida a estudiantes aspirantes a cursar estudios en la Escuela Latinoamericana de Medicina “Dr. Salvador Allende” en Caracas, Venezuela, con el fin de garantizar su aporte a su preparación lingüística en pro del buen desarrollo en su formación académica en la ELAM.

El CIIAB ha iniciado un nuevo ciclo de evaluación oral y escrita orientado está vez a estudiantes procedentes de Belice, país de la América Central cuya lengua materna no es el español. «Estas evaluaciones permiten determinar el nivel de competencia en español de los futuros estudiantes, asegurando así su capacidad para desenvolverse con éxito en un entorno universitario plenamente hispanohablante» nos comentó Pedro Duno, Coordinador del CIIAB.

Este esfuerzo refleja el compromiso de LAUICOM con la integración educativa latinoamericana y el fortalecimiento de la cooperación con los países del mundo, no solo facilitando el acceso al conocimiento, sino coadyuvando a la disminución de la brecha idiomática. El CIIAB contribuye a la formación de profesionales de la salud comprometidos con los principios de solidaridad, equidad y servicio comunitario que distinguen a la Escuela Latinoamericana de Medicina Dr. Salvador Allende.

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Comunicación Activa por la Paz: Cuba y Venezuela unen voces contra el imperialismo en histórico conversatorio de LAUICOM

Prensa LAUICOM- La Universidad Internacional de las Comunicaciones (LAUICOM), en alianza estratégica con Cuba y Venezuela, realizó con éxito el conversatorio «Cuba y Venezuela: Comunicación Activa por la Paz”, un espacio político-comunicacional de alto nivel que reunió a dirigentes, diputados y representantes de ambas naciones para fortalecer la resistencia frente al asedio imperialista mediante la palabra consciente, la educación y la unidad continental.

El evento, celebrado en un clima de profunda hermandad revolucionaria, contó con la participación de la rectora de LAUICOM y diputada Tania Díaz, en conjunto con la participación central del Dr. Roberto Tomás Morales Ojeda, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, quien abrió el encuentro con un mensaje contundente: “La comunicación no es ruido, es un arma para la liberación. Frente al imperialismo, comunicar es resistir, crear y vencer.»

Reafirmó el respaldo inquebrantable de la Revolución Cubana a la Revolución Bolivariana, al Presidente Nicolás Maduro y al legado eterno del Comandante Hugo Chávez, a quien calificó como “el mejor amigo de Cuba”. Cerró su intervención con una consigna que resonó en toda la sala: “¡Por Venezuela, lo daremos todo!”

La diputada Gloria Castillo profundizó en la estrategia del enemigo: “El imperialismo no usa tanques, usa desinformación. Siembra falsas narrativas para confundir, dividir y debilitar. Frente a eso, nuestra respuesta es clara: educación, conciencia y amor a la patria. Debemos deconstruir sus mentiras para construir la verdad.”

Por su parte, la diputada Diva Guzmán alertó sobre los peligros de las redes sociales: “Nos quieren manipular hasta en lo que pensamos y decidimos. Debemos aprender a argumentar con rigor, con datos, con historia. No basta con reaccionar: hay que desmontar sus narrativas con inteligencia y organización.

La viceministra para Asia, Medio Oriente y Oceanía, Tatiana Pugh, elevó el discurso a una dimensión histórica y generacional: “Somos una generación privilegiada: testigos y protagonistas del enfrentamiento con el monstruo del imperialismo en su nueva forma. Estamos en un parto… doloroso, sí, pero lleno de alegría y esperanza, como todo parto que da vida a algo nuevo. Estamos construyendo un mundo multipolar, justo y soberano.”

Cerró el panel el diputado Edgardo Ramírez, ex Embajador de Venezuela en Cuba, quien recordó los orígenes de la alianza entre ambas naciones: “No empezamos en los mejores términos, pero el tiempo, la lucha compartida y la lealtad nos convirtieron en hermanos inseparables. Hoy no somos aliados tácticos: somos una sola trinchera, un solo corazón, una sola Patria Grande.”

El conversatorio no solo analizó el rol de la comunicación como herramienta estratégica de defensa nacional, sino que también reafirmó los lazos indestructibles entre Cuba y Venezuela, dos pueblos que, en medio de bloqueos, sanciones y campañas mediáticas, han elegido caminar juntos hacia la soberanía, la dignidad y la paz verdadera.

Los participantes coincidieron en que, en este mundo multipolar en construcción, la batalla por el relato es tan importante como la económica o la militar. Y en esa batalla, LAUICOM, junto a las instituciones cubanas y venezolanas, se posiciona como un referente de comunicación emancipadora, capaz de tejer redes de esperanza desde las costas del Caribe hasta los llanos bolivarianos.

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Encuentro Nacional de Bibliotecas y Editoriales Universitarias: Leer es resistir, escribir es organizar, publicar es movilizar

Prensa LAUICOM- En la Universidad Internacional de las Comunicaciones (LAUICOM) se realizó el Encuentro Nacional de Bibliotecas y Editoriales Universitarias, convocado por el Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria con el propósito de reafirmar el libro, la lectura y las bibliotecas como pilares fundamentales para la transformación social y la defensa del pensamiento crítico frente a la guerra cognitiva.

El acto inaugural estuvo a cargo del Dr. Ricardo Sánchez, Ministro de Educación Universitaria, destacando la campaña nacional “Más libros, menos pantallas”, impulsada por el Presidente Nicolás Maduro, como una iniciativa para equilibrar el uso de la tecnología con la profundidad que brinda la lectura, promoviendo ciudadanos capaces de discernir, reflexionar y resistir los efectos superficiales de las redes sociales.

Miguel Pérez Pirela, fundador de La Iguana TV, reconocido escritor y comunicador, abordó el concepto de “hipnocracia”: el dominio silencioso que ejercen los algoritmos y el desplazamiento constante de contenido sobre nuestra atención. Alertó sobre cómo el teléfono se ha convertido en el filtro central de nuestra existencia y recordó el legado del Comandante Chávez en la alfabetización digital con sentido comunitario.

Roigar Luis López, Viceministro para la Pequeña, Mediana Industria y Nuevas Formas Asociativas, explicó que la guerra de cuarta generación opera mediante narrativas falsas, manipulación emocional y desinformación masiva, utilizando las redes sociales como campo de batalla donde los usuarios son convertidos en mercancía. Resaltó la respuesta soberana de Venezuela: fortalecimiento de medios públicos, programas de formación, diplomacia de paz y normativas que protegen la identidad nacional frente a intentos de deshumanización.

«El ciberfascismo no necesita tanques ni campos de concentración: basta con algoritmos, influencers y discursos de odio que construyan enemigos internos y legitimen el miedo», alertó el Diputado Dr. Juan Eduardo Romero Jiménez. En Venezuela, esta amenaza se manifiesta en campañas digitales que buscan fracturar el tejido social, manipular percepciones y deslegitimar la soberanía nacional, convirtiendo la IA no en herramienta de progreso, sino en arma de dominación simbólica

Las bibliotecas son trincheras simbólicas del pensamiento crítico

Durante el desarrollo del encuentro, Salvador Matheus, Director del Fondo Editorial de la OPSU, presentó siete estrategias concretas bajo la dirección del Presidente Maduro y en continuidad con el legado del Comandante Chávez para triunfar en la guerra cognitiva:

  1. Creación de la Red Nacional de Bibliotecas y Editoriales Universitarias, para articular instituciones, intercambiar colecciones y coordinar campañas lectoras.
  2. Activación del Plan de Fortalecimiento de Revistas Científicas Universitarias, con apoyo técnico y visibilidad en repositorios nacionales e internacionales.
  3. Despliegue del Diagnóstico Nacional de Bibliotecas Universitarias, para actualizar colecciones físicas y digitales, y alinear catálogos con líneas de investigación estratégicas.
  4. Implementación de Espacios de Lectura Crítica y Cultura Académica, transformando bibliotecas en “salas vivas” con talleres de escritura y reflexión.
  5. Lanzamiento de la Línea de Investigación Abierta “Más Libros, Menos Pantallas”, para sistematizar experiencias y propuestas en tiempo real.
  6. Institucionalización del Encuentro Nacional como plataforma anual permanente de articulación y construcción colectiva.
  7. Reconocimiento formal de bibliotecas y editoriales como “Trincheras Simbólicas del Pensamiento Crítico”, territorios que resisten la lógica de los algoritmos y cultivan soberanía cognitiva.

La Dra. Eudorielyn Linares Peña, Viceministra de Gestión Universitaria, destacó que la guerra cognitiva “se libra en la mente, con armas como la percepción, las ideas y el pensamiento”. Afirmó que la agenda universitaria busca generar espacios de reflexión y construcción colectiva para diseñar modelos pedagógicos de resistencia, promoviendo la alfabetización cognitiva como herramienta estratégica del Estado venezolano.

Citó al Presidente Maduro: «… que cada estudiante tenga en sus manos libros impresos, como herramienta fundamental para el desarrollo del conocimiento, la formulación de ideas y el pensamiento crítico, valores que la Revolución Educativa ha cultivado desde los tiempos del Comandante Hugo Chávez”.

El encuentro concluyó con mesas de trabajo, cuyo objetivo es conocer las opiniones en la comunidad universitaria, para poder formular y brindar herramientas concretas que sirvan para identificar, resistir y contrarrestar los efectos de la guerra cognitiva, en defensa de la soberanía del saber y la transformación social.

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Día Mundial de la Alfabetización: El triunfo de la revolución contra el analfabetismo

Prensa LAUICOM- En el Día Internacional de la Alfabetización, Venezuela celebra uno de sus logros más importantes: ser un país que le dijo adiós al analfabetismo gracias al esfuerzo del pueblo y programas sociales como la Misión Robinson. Este día, reconocido por la ONU desde 1965, sirve para recordar que saber leer y escribir no es un lujo, sino un derecho básico que abre puertas a la salud, al trabajo, a la dignidad y al progreso de las familias y las comunidades. Y en eso, Venezuela tiene mucho que contar. En 2005, nuestro país fue declarado por la UNESCO como “Territorio Libre de Analfabetismo”, después de que más de 1 millón 482 mil personas aprendieran a leer y escribir en pocos años.

Esto fue posible gracias a la Misión Robinson, un programa educativo que llegó a los barrios, los campos, las montañas y hasta las cárceles, llevando lápices, cuadernos y maestros a quienes nunca tuvieron la oportunidad de estudiar. ¿Y qué significa esto en la vida real? Significa que abuelos y abuelas que antes no podían leer una receta médica, hoy leen cuentos a sus nietos. Significa que madres y padres que no sabían firmar su nombre, ahora pueden ayudar a sus hijos con las tareas. Significa dignidad, esperanza y futuro.

Según datos de la UNESCO en 2014, en menos de 10 años, Venezuela logró alfabetizar al 95,2% de las personas que antes no tenían ninguna educación formal. Un avance gigantesco que puso al país como ejemplo en América Latina y el mundo. Este logro no es casualidad. Es el resultado de una Revolución que puso a la educación como prioridad, que creyó en el poder transformador de las letras y que entendió que sin alfabetización no hay justicia social posible.

Hoy, Venezuela sigue trabajando para que nadie se quede atrás. Porque alfabetizar no es solo enseñar a leer y escribir: es devolverle a las personas su lugar en la sociedad, su voz, su derecho a soñar.En este Día Mundial de la Alfabetización, celebramos no solo las cifras, sino las historias de miles de venezolanos y venezolanas que hoy escriben su propio destino. ¡Porque leer y escribir es libertad!

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Capitalismo de Ignorantes ¿Vivimos una crisis educativa mundial?

Por Fernando Buen Abad Domínguez

Una pregunta seria por la crisis educativa mundial del capitalismo que padecemos, no puede responderse con superficialidades ni con cifras frías tomadas de organismos internacionales que, a menudo, son parte del problema. No basta sólo con contabilizar alumnos matriculados, los índices de deserción, las tasas de alfabetización funcional ni los presupuestos asignados a las universidades. Esa crisis, tal como es, debe entenderse en toda su densidad histórica, política, económica, semiótica y filosófica. Debe pensarse desde las raíces estructurales burguesas que hacen de la educación un campo mercenario de disputa, y no únicamente desde las estadísticas que recubren el drama con barnices de objetividad demagógica. En rigor, lo que atravesamos hoy es un conjunto de crisis superpuestas, y entrelazadas, que tocan a la educación como sistema y como proceso, y que obligan a cuestionar la función misma de la escuela, de la universidad y de los proyectos de formación de la conciencia como mercancías.

Es obligatorio recordar que la educación no flota en una mueca filantrópica neutral, está determinada por la lógica del modo de producción dominante y su ideología (falsa conciencia). En un mundo regido por el capitalismo globalizado, la educación está sometida a la dictadura de su mercado. Sus sistemas educativos son evaluados con criterios de “eficiencia”, “productividad” y “competitividad”, categorías tomadas de la barbarie empresarial y aplicadas mecánicamente a su dictadura pedagógica. Su educación se convierte, así, en adiestramiento mercantil y no en un derecho humano universal. En lugar de formar sujetos críticos capaces de transformar su realidad, se entrenan operadores dóciles para un mercado de trabajo precarizado. Esta es la primera dimensión de la crisis, la subordinación estructural de la educación al capital, que la corrompe en su sentido más hondo.

Sus cifras confirman esta tendencia. Según datos de la UNESCO (2023), más de 244 millones de niños y adolescentes en el mundo están fuera de la escuela. En paralelo, más del 40% de los jóvenes de países de ingresos bajos no completan la educación secundaria. Estos números no expresan sólo un escamoteo de recursos, sino la desigualdad estructural del sistema mundial, en el cual el acceso a la educación de calidad es imposible bajo las normas y reglas del capitalismo. Mientras tanto, la educación superior se expande en términos cuantitativos, pero su calidad crítica se degrada o se anula, proliferan universidades privadas de baja o nula exigencia, programas cortos y diplomados pensados como productos de consumo rápido, con el único fin de habilitar competencias puntuales para el mercado. Titulando ignorantes engreídos.

Su crisis se manifiesta también en el plano del contenido. Nunca antes hubo tanta información disponible, nunca antes existieron tantos dispositivos de acceso al conocimiento chatarra; sin embargo, nunca la ignorancia fue tan funcional al poder. La llamada “infodemia” multiplica contenidos fragmentarios, superficiales, efímeros, sin jerarquía epistemológica. En lugar de conocimiento profundo, se fomenta la hiper-conexión sin reflexión. En lugar de pensamiento crítico, se impone la lógica del “clic”. Esta inundación de información funciona como un distractor masivo que degrada el aprendizaje en las aulas, convirtiendo a profesores y alumnos en petulantes repetidores de flujos comunicacionales vacíos. El capitalismo digital, con sus algoritmos de segmentación y control, ha introducido una nueva dimensión de la crisis educativa, la colonización tecnológica de la conciencia. Mucha basura en muchas cabezas para que nada cambie.

El problema no es sólo cuantitativo ni tecnológico su crisis es también filosófica. En gran parte de los sistemas educativos se ha abandonado la enseñanza de la filosofía, la historia crítica, la teoría política y el arte como herramientas de emancipación. Se las sustituye por competencias instrumentales, por módulos de emprendedurismo, por entrenamientos en resiliencia. Su semiosis en la educación es palabrerío déspota para consumidores engreídos que mastican lenguajes parvularios supuestamente técnicos, para camuflar toda la ignorancia burguesa ante los problemas que ocasiona su poder, con la explotación laboral, con la injusticia social. Se enseña a adaptarse, no a cuestionar. Se entrena para sobrevivir en el sistema, no para transformarlo. Así, su crisis educativa es también una crisis de sentido, su escuela y su universidad olvidan para qué existen. Y son especialistas en eso.

No es casual que los gobiernos neoliberales, en todo el planeta, hayan aplicado políticas de austeridad que desfinancian la educación pública. Desde los años ochenta, siguiendo los dictados del FMI y el Banco Mundial, se promove el modelo de “eficiencia educativa” basado en recortes, privatización, descentralización y competencia entre instituciones. En América Latina, África y Asia, millones de escuelas carecen de infraestructura mínima: agua potable, baños, electricidad, internet. En Europa y Estados Unidos, la masificación de la deuda estudiantil convirtió a la educación superior en una trampa financiera que hipoteca el futuro de generaciones enteras. No es una crisis accidental, es resultado de un programa deliberado que busca debilitar la educación pública para abrir más mercado a la privada.

Pero su crisis también se manifiesta en otro nivel: el ético y comunicacional. En muchas aulas, bajo el disfraz del pluralismo, han penetrado ideologías reaccionarias, discursos de odio y camuflajes ultraderechistas que intoxican a los estudiantes y normalizan la intolerancia. Se simula progresismo mientras se vacía de contenido crítico a las consignas. En este sentido, la crisis educativa mundial es también una crisis de hegemonía semiótica: se disputa en el aula el sentido mismo de la democracia, de los derechos humanos, de la igualdad. Sus discursos autoritarios avanzan bajo la máscara de la modernidad. A esto se suma la crisis laboral docente. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala que faltan más de 44 millones de docentes en el mundo para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible hacia 2030. Los salarios bajos, la precariedad, la sobrecarga burocrática y la falta de reconocimiento han deteriorado la profesión docente, desalentando nuevas vocaciones. Un sistema educativo mundial sin maestros suficientemente formados ni reconocidos está condenado a profundizar sus fracturas. Su crisis educativa no es sólo de los estudiantes, es también de quienes enseñan en condiciones cada vez más adversas.

Sin embargo en muchas regiones se producen experiencias pedagógicas emancipadoras, comunidades que defienden la escuela pública, proyectos de educación popular que resisten al mercado, pedagogías críticas que siembran conciencia transformadora. Estas iniciativas muestran que su crisis no es de todos, sino desigual y combinada. Precisamente en el corazón de la crisis se encuentran las semillas de la renovación. La pregunta es: ¿qué fuerza política, qué movimiento social, qué proyecto histórico podrá articular esas experiencias para convertirlas en política educativa global?

Nuestra Filosofía de la Semiosis se empeña en intervenir sobre la crisis educativa burguesa que es, en última instancia, una crisis económica de los signos con los que pensamos y actuamos. Las palabras “calidad”, “eficiencia”, “excelencia” han sido intoxicadas por la lógica empresarial y despojadas de su sentido emancipador. La tarea es revolucionarlas, devolverles su vínculo con la justicia social, con la verdad histórica, con la dignidad humana. Nuestra educación no puede ser un negocio disfrazado de servicio, ni un simulacro de inclusión digital, ni un laboratorio de domesticación ideológica. La educación debe ser la praxis de la libertad, la construcción colectiva de saberes que permitan transformar el mundo.

¿Vivimos una crisis educativa mundial del capitalismo? Sí, pero no como una catástrofe natural, sino como el resultado de un proyecto económico y político global que busca subordinar la conciencia a los intereses del capital. Es una crisis burguesa estructural, semiótica, ética y filosófica. Revela la urgencia de luchar por otra educación, liberada de los dogmas mercantiles, sustentada en la verdad, en la igualdad, en la solidaridad. No se trata de reparar una maquinaria averiada, sino de reinventar la educación como derecho universal y como semillero de emancipación. El porvenir de la humanidad depende de la manera en que enfrentemos y combatimos organizadamente esta crisis. Si se acepta resignadamente, la educación se reducirá a un engranaje más del sistema de explotación. Si se asume críticamente, podrá convertirse en la palanca de una nueva civilización. La disyuntiva está abierta. El desafío es urgente. Y la responsabilidad es de todos los que creemos que la educación no puede ser otra cosa que un avance en la revolución de las conciencias.

PLAZA DE MAYO

En defensa de la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo: memoria

Fernando Buen Abad Domínguez*

Hoy más que nunca debemos defender a la Universidad Popular de las Madres de Plaza de Mayo como un patrimonio ético del pueblo argentino y de toda América Latina. Pero no basta con defender: es tiempo también de pasar a la ofensiva cultural, de disputar el sentido de la educación, de denunciar la pedagogía del ajuste, de multiplicar las experiencias de educación popular, de levantar universidades desde abajo. 

No es una universidad cualquiera, la Universidad Popular de las Madres de Plaza de Mayo no nació de un decreto burocrático ni de una planificación técnica, sino de una herida abierta en el corazón de América Latina. Nació del grito desgarrado de las madres que se negaron a aceptar el olvido, que enfrentaron con pañuelos blancos a la maquinaria genocida de una dictadura militar y, en lugar de replegarse al silencio, decidieron construir una institución que vinculara el saber con la justicia, el pensamiento con la memoria y el conocimiento con la militancia. 

Hoy, esa universidad –única en el mundo por su origen ético– se encuentra bajo amenaza directa de un régimen que desprecia el pensamiento crítico, ataca la educación pública y promueve un proyecto de país regresivo, clasista y autoritario. Defender a la Universidad de las Madres no es sólo un acto de solidaridad, es una obligación ética y política con la historia de lucha de nuestros pueblos. 

Un alma mater de la militancia y del conocimiento con una perspectiva política, filosófica y educativa, la necesidad ineludible de defender la existencia, autonomía y proyección histórica de la Universidad Popular de las Madres de Plaza de Mayo como símbolo vivo de resistencia, pedagogía insurgente y conciencia transformadora. El anarcocapitalismo busca destruir la memoria. Su lógica es la del mercado sin historia, del individuo sin comunidad, del presente sin pasado ni futuro. 

En este contexto, la Universidad de las Madres encarna una anomalía radical: es un espacio donde el saber académico no se separa del dolor histórico ni de las luchas populares. En ella, las ciencias sociales, la filosofía, el derecho y la historia se enseñan con los pies en la calle y el corazón en las plazas. 

Frente al negacionismo, la pedagogía de la memoria que promueve esta universidad no se limita a la conmemoración. La memoria que cultivan las madres es activa, insurgente y profundamente ética. No se trata de recordar por recordar, sino de transformar el presente a partir del dolor asumido como responsabilidad política. Como dijo Hebe de Bonafini: “Nuestros hijos no murieron por nada. Murieron por una patria justa, libre y soberana. Y por eso los seguimos buscando y por eso seguimos luchando”. 

A la oligarquía le duele que la Universidad de las Madres sea una trinchera contra el olvido. Y en tiempos donde el negacionismo se disfraza de libertad de expresión, sostener esa trinchera es una forma de resistencia intelectual y afectiva profundamente revolucionaria. La ofensiva actual contra la Universidad de las Madres se inscribe en un proceso mayor de desmantelamiento del Estado social y de persecución de las experiencias educativas populares y emancipadoras. En nombre de la eficiencia, el ajuste y la “modernización”, se pretende privatizar la educación, subordinar el pensamiento a las lógicas del mercado y despolitizar el conocimiento. 

Pero la Universidad de las Madres representa lo contrario: una universidad que no responde a las empresas, sino a los pueblos, que no produce capital humano, sino conciencia crítica. Una universidad que no se arrodilla ante rankings ni financiamientos externos, sino que se sostiene sobre el principio irrenunciable de la dignidad humana. 

En tiempos de ofensiva brutal conservadora, donde la cultura represora vuelve a instalarse como sentido común, la existencia misma de una universidad fundada por mujeres que desafiaron a los militares –mujeres sin títulos académicos, pero con una sabiduría política indestructible– constituye una herejía intolerable para el poder neoliberal. Por eso la atacan. Porque es peligrosa. Porque no se vende. Porque enseña a pensar desde abajo. 

A diferencia de las universidades tradicionales, en la de las madres no se enseña desde la neutralidad, sino desde el compromiso. Esta pedagogía no niega la rigurosidad académica, sino que la reubica: el saber es riguroso cuando está comprometido con la vida. Como afirmaban Paulo Freire y los educadores populares de América Latina, no hay educación neutral: toda educación es un acto político. 

En esa línea, la Universidad de las Madres ha formado generaciones de estudiantes que entienden el derecho no como un instrumento para conservar el orden, sino como una herramienta para disputar la justicia; que conciben la historia no como una cronología de próceres, sino como una lucha entre opresores y oprimidos; que ven en la filosofía no una especulación vacía, sino una brújula para la acción. En esta universidad se enseña que el saber debe estar al servicio de la transformación social y que la dignidad no se mendiga: se defiende. 

Este ataque que es síntoma, no es un hecho aislado. Forma parte de una guerra semiótica, política y cultural contra todo lo que huela a pueblo, a memoria, a derechos humanos, a justicia social. Es la revancha de los sectores que nunca aceptaron la verdad, que nunca pidieron perdón, y que hoy vuelven con la furia acumulada de décadas de impunidad. 

Quieren clausurar esta universidad como quisieron clausurar la historia de los desaparecidos. Pero no pueden, porque la Universidad de las Madres no es sólo un edificio ni una matrícula: es un proyecto de país. Un símbolo. Una promesa encarnada de que otro saber es posible, de que otra justicia es necesaria, de que otra Argentina es urgente. 

Y no lo lograrán. Porque cada intento de silenciarla despierta más voces, más alianzas, más solidaridad internacional. Porque donde intentan apagar, renace la llama. La Universidad de las Madres es semilla y raíz. Es escuela de la memoria, universidad del coraje, aula de la dignidad. No la toquen. No la cierren. No la profanen. Porque donde florece el pensamiento de las madres no hay olvido posible. 

*Doctor en filosofía