19 de abril

El 19 de abril de 1810 nació la Colombia bolivariana

El 1° de mayo de 1810, varios músicos recibieron de Rodulfo Basalo, administrador de fábrica de la catedral de Caracas, 20 pesos por haber interpretado el Jueves Santo de aquel año, junto con la capilla catedralicia, la Misa en Re del compositor caraqueño José Ángel Lamas (1775-1814). Ese mismo día, el capitán general de Venezuela, Vicente Emparan y Orbe, devela una rebelión militar promovida desde la Casa de la Misericordia, en la actual esquina homónima, que tenía como propósito deponer a las autoridades borbónicas e instaurar un nuevo gobierno en Caracas. Para comprender a profundidad el significado y la trascendencia del 19 de abril de 1810, debemos entender que el rey de España era, desde el 6 de junio de 1808, José Napoleón I, hermano del emperador Napoleón Bonaparte. Los patriotas españoles le llaman el «Rey Intruso» y se oponen a éste desde Cádiz, ciudad española que funge de capital patriótica defensora de Fernando VII.

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LA CRUZADA ANTIBOLIVARIANA EN LAS REDES: ESTRATEGIA GEOPOLÍTICA IMPERIAL

Por: José Gregorio Linares

A través de las redes digitales se está desarrollando una campaña internacional contra el Libertador Simón Bolívar. Basta abrir cualquier red y colocar la palabra “Bolívar” para que aparezcan una serie de influencers atacando al Padre de la Patria. Uno de los abanderados de esta cruzada es el colombiano-español Pablo Victoria Vilches, autor de “La otra cara de Bolívar” y “El terror bolivariano”.

En relación con el Padre de la Patria afirma este youtuber   de la academia:

Bolívar era un dictador cruel y sanguinario, siguió siendo un dictador prácticamente toda su vida. Tuvo muchísimas muestras de crueldad a lo largo de su vida. Sus antepasados, por el lado de su madre, eran personas violentas. Fue un niño cruel y un adulto cruel. No vaciló durante la guerra de independencia en declarar la guerra a muerte. No vacilaba en fusilar a prisioneros de guerra, y otros prisioneros que no eran de guerra, sino simples comerciantes que tenían sus haciendas. Sacaban a los heridos de los hospitales y los remataban en la calle. Los que quedaban vivos en Caracas, La Guaira y Valencia, heridos en el suelo, los sicarios de Don Simón Bolívar, levantaban una piedra enorme y les aplastaban la cabeza con esas piedras. Si se contabilizan los asesinatos de Simón Bolívar desde 1812 a 1814, suman más de 2.000 asesinatos a sangre fría y sin fórmula de juicio. No vaciló en darle una especie de solución final al tema español como lo hizo Hitler con los judíos. En Venezuela se entrenaron muchos asesinos que luego fueron a la Nueva Granada y allí enseñaron a matar. Bolívar sitió Bogotá y ordenó a su ejército saquear y violar mujeres. Tenía una predisposición hacia la crueldad y esto le viene de familia. Ya de niño maltrataba a los negritos.[i]

En la introducción del libro: «El terror bolivariano»dice que la obra trata de “una historia de la crueldad humana y de lo que yo he querido llamar el genocidio bolivariano, las carnicerías fuera de combate que Simón Bolívar desencadenó”.[ii] El autor revela que “el Bolívar que he descubierto me ha llenado de espanto, congoja y vergüenza. Nunca pude imaginar que detrás de ese idealista y hombre grande, pudiera esconderse simultáneamente, un alma tan ruin y sanguinaria”.[iii]

Vilches es simplemente una pieza en el tablero de peones intelectuales y de supuestos voluntarios comunicacionales que se proponen destruir a Bolívar. Es un “doctor” con muchos títulos al servicio de la oligarquía colombiana aplaudido por el Pentágono. (Exsenador y congresista. Doctor en economía, doctor en filosofía, miembro de la Academia Hispanoamericana de las Letras, de la Sociedad Colombiana de Economistas). Dio su respaldo al movimiento neonazi autodenominado “Alianza Nacionalista por la Libertad”, que en el acto de relanzamiento de esta organización en el 2013, fue el orador de orden junto al terrorista venezolano Lorent Saleh. Sus acciones obedecen a un plan bien tramado, donde a él le toca ocuparse de un target y cobrar por sus servicios.

Asimismo ha ganado fama otro antibolivariano colombiano, Evelio Rosero con la novela La Carroza de Bolívar. El argumento de la obra es el siguiente. Justo Pastor Proceso, ginecólogo del pueblo de Pasto e historiador, paga a unos artesanos para que decoren una carroza de Carnaval para ridiculizar a Simón Bolívar, el “mal llamado Libertador”, por quien siente una especial aversión. En la comparsa Bolívar aparecería coronado de emperador y se haría alusión a su aviesa personalidad y a sus errores políticos. El propósito del evento es “bajar el mito del pedestal”. Pero pronto las fuerzas tradicionalistas de la ciudad ejercen presión para que la carroza no sea construida y no salga a desfilar. Cuando esto no resulta suficiente, entra en acción una célula guerrillera integrada por fanáticos bolivarianos con nombres soviéticos, quienes se proponen impedir el acto de burla contra el Libertador y asesinar a su promotor. De inmediato se narran los hechos que justifican la actividad contra Bolívar. Al final de la novela los guerrilleros bolivarianos, en medio del jolgorio de las fiestas de carnaval, avanzan disfrazados de asnos y buscan matar al médico que quiso desmitificar a Bolívar ¡Toda una simbología!

Los propósitos principales de esta campaña antibolivariana son: En primer lugar, borrar de la memoria colectiva suramericana su más importante referente de justicia social, emancipación y unidad continental. En segundo lugar, socavar en los planos simbólicos, culturales, teóricos, políticos y emocionales la columna central de la Revolución Bolivariana para debilitar sus bases de sustentación. En tercer término, vilipendiar y desestabilizar el gobierno bolivariano instaurado en Venezuela para sustituirlo por un régimen afecto a los Estados Unidos que tutele su accionar político y convalide su proyecto de sociedad. Finalmente, destruir toda la esperanza de constituir en el continente y en el Sur Global sociedades fundadas en la doctrina y los principios bolivarianos.

Es un ataque geopolítico. La derecha mundial, liderada por Estados Unidos, sabe que Bolívar se ha convertido en un referente de las naciones y pueblos del Sur que luchan por la soberanía e independencia y por la unidad de los oprimidos; por tanto, se han propuesto aniquilarlo simbólicamente, excluirlo del imaginario colectivo, desterrarlo del corazón de los pueblos, y apagar su fuego que anida en el corazón de las mayorías. Saben que mientras Bolívar permanezca como símbolo, su mensaje de liberación y su doctrina, en perpetua renovación, se incorporará a los movimientos sociales contrahegemónicos.

Por tanto, aprovechando que en las redes propician el analfabetismo funcional y la apatía hacia la Patria,   se han propuesto acabar con el Libertador que es el principal símbolo de lucha y creación enraizada en la cultura popular y el imaginario colectivo. Se proponen destruir el símbolo fundante de la identidad y la lucha suramericanas. Símbolo capaz de movilizar multitudes y de convertirse en guía para la reconstrucción soberana de nuestras naciones; símbolo capaz de aglutinarnos para emprender las grandes tareas de redención social y reposicionamiento internacional. 

La respuesta a esta Campaña geopolítica internacional contra El Libertador, no puede ser otra que el estudio con sentido creador y fines de transformación. En una oportunidad, (12 de julio del 2004[U8] ) el comandante Chávez, dijo: “Yo tengo la impresión de que nosotros no conocemos bien a este hombre, quién fue realmente Bolívar ”.[v] El desafío es conocer al Padre de la Patria: entender su radical gesta histórica, comprender su proyecto político contrahegemónico, perpetuar su legado. Allí cabalga todo un “ejército de ideas” que tienen plena vigencia y que ponen en peligro el poderío de los imperios. Por eso, no nos extraña que contraten escribientes a sueldo a quienes les ordenan ponerse denigrar contra Bolívar. No lograrán su cometido. Ignoran que Bolívar trata de una fuerza espiritual imperecedera. Como dijera Miguel de Unamuno, “es uno de esos seres espirituales sin cuya presencia en este mundo la humanidad quedaría incompleta”.


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¡PIENSA, LUEGO EXISTES! Adentrándonos en el alma de los ninis.

Por: José Garcés

Introducción
Lo que sigue son conjeturas que deben probarse en su momento y oportunidad.
Inspirados en la famosa proposición cartesiana, consideramos un grupo de personas con
una importancia insospechada para la sociedad, nos referimos a los ninis. Este sector de
la población que no se decide por ninguno de los dos polos políticos y que parecen
responder al antiguo adagio que reza: “Cuando te pongan a elegir entre dos alternativas,
elige la tercera”. En consecuencia, no se dejan encajonar ni catalogar. Constituyen en sí
mismos una diversidad en su grupo: ningún nini es igual a otro nini. Cada uno deja su
sello personal que explica por qué eligió la tercera alternativa, para ellos cada razón es
diferente a las otras y, aunque, obviamente pueden inventarse categorías justo esto es lo
que representa la fobia más grande de ese sector “apolítico”. Como adoran las
particularidades, creen que sus razones son originales pero en realidad son muy
comunes y predecibles. A continuación, se describen algunas de ellas.
Características psicológicas de los ninis

  1. Se compromete sólo consigo mismo.
    El nini tiene como lema: “Yo soy del partido de Gómez, si no trabajas no comes”. Por
    ello, puede participar activamente de los emprendimientos y creer que trata de una
    iniciativa estrictamente individual, aunque haya una estructura provista por el Estado
    que favorezca la instrumentación de los emprendimientos.
  2. La soledad es su condición definitoria.
    La soledad se presenta en la forma de la magnificación de la individualidad y puede
    albergar diversidades, mismas que son promocionadas por los medios de difusión de la
    ideología burguesa (Netflix, cine, novelas, etc.). En tal sentido, la neurodiversidad y la
    sexodiversidad, en sus presentaciones más insólitas, pueden aparecer.
  3. Se podría comportar como el “Individuo tirano”, descrito por Sadin.
    Como el nini, sabe que está “perdido en su soledad” y en este sentido puede constituirse
    en el “Individuo tirano”, tiene como algunos de sus descriptores los siguientes: Odia a
    las mayorías; Reniega de la autoridad; Deslegitima a la autoridades; Descree de los
    profesores; Relativiza la opinión del médico respecto a otro médico o internet; Insulta
    las fuerzas policiales, militares, etc., Considera que es “normal”, percibe a las figuras de
    poder como “iguales” incluso con las que se puede y debe competir; Aspira constituirse
    en miles de focos de poder.
    Lo expuesto, genera algunos asuntos:
  4. Favorece los fenómenos de parcelamiento creciente de la sociedad.
  5. Descree de la esfera común como espacio real en el que cada persona alcanza su
    beneficio.
  6. Gravita en su mente pero no en forma conspicua.
  7. Alberga odio, pero esta no es su emoción predominante. Aunque si se explora
    debajo de la primera “capa de la cebolla”, con mucha probabilidad se encontrará
    el odio ahí, pero, como habíamos dicho, el nini trata de trascender el odio porque
    comprendió que el esfuerzo personal es mucho más productivo.
  8. Pierde la esperanza en los proyectos colectivos.
  9. Desconfía en cualquier iniciativa comunitaria debido a la valoración exclusiva
    del esfuerzo personal y en este sentido tiene expectativas en sí mismo.
  10. Teme sufrir. Un terror atávico lo asalta de continuo, el miedo a sufrir. En el nini
    operan las continuas y muy efectivas contingencias del punitivo y fiero control
    conductual ejercidas por la burguesía a través de toda la historia y lo controlan
    todavía hoy con el peso aplastante de lo transgeneracional. ¿Quién puede dudar
    que la matanza de 3.600 obreros en el Iquique de 1917 (y las otras matanzas
    como la de Puerto Montt, etc.) no tiene efecto sobre el chileno de hoy día? ¿No
    es acaso una conducta adaptativa el carácter ladino y esquivo del llanero, en
    virtud de las repetidas guerras y alzamientos durante el siglo 19 en Venezuela?
    ¿La Rotunda y la Seguridad Nacional no andarán gravitando todavía en el
    inconsciente colectivo del venezolano? La historia del nini le recuerda en algún
    nivel de conciencia que ya ha sufrido demasiado y esto lo impulsa a no creer en
    proyectos colectivos.
  11. Adversa la lucha colectiva. El nini ha olvidado una sentencia que nos daban
    nuestros ancestros: “Tu nombre es lucha”. Desde hace 500 años esta patria
    venezolana ha sido codiciada por potencias imperiales que no van a cejar en su
    intento por apoderarse de las riquezas de nuestra tierra, eso nos convierte en
    luchadores para siempre y nos incorpora en la dimensión de la “lucha
    sempiterna”. Es muy diferente luchar teniendo la idea de que la lucha se va a
    acabar algún día, a luchar con la cruda conciencia de que la lucha va a ser eterna.
    El nini niega la lucha colectiva y se pierde en una lucha particular, esta vez por
    su sustento. El nini ignora la sentencia de Buda: “No hay salvación individual”,
    y el vaticinio del maestro Thay que dice: “Estoy convencido de que el próximo
    Buda no vendrá en la forma de un hombre sino de una comunidad”.
  12. Olvido del vínculo y la interdependencia. Por eso mismo no piensa que el otro lo
    puede ayudar a ser feliz ya que lo han entrenado en la híper-valoración del
    esfuerzo individual. Si el nini pensara en el otro, se diera cuenta de que la
    dimensión colectiva del ser humano la tiene en la palma de su mano pero para él,
    el otro no existe, salvo que sea para apoyarlo como cliente en sus
    emprendimientos. Si asumiera al prójimo, comprendería que el otro existe como
    sujeto cooperativo de su propio bienestar, ya que vivimos en inextricable
    interdependencia y estamos vinculados indisolublemente, podría respirar
    tranquilamente. De manera que si el nini pensara en mí, −se diera cuenta de que
    yo existo−, “yo” podría aparecer en su vida como un elemento cooperativo en la
    construcción de su felicidad, por eso la triquiñuela con Descartes: ¡Piensa, luego
    existes!

Corolario
En suma, podemos aventurar algunas ideas:

  1. No se deja encajonar: “Cuando te pongan a elegir entre dos alternativas, elige la
    tercera”.
  2. Se compromete sólo consigo mismo.
  3. La condición subyacente más importante del nini es la soledad.
  4. Puede constituirse en el “Individuo tirano” descrito por Sadin, que tiene como
    algunos de sus descriptores los siguientes: odia a las mayorías, descree de la
    autoridad y trata de constituirse en miles de focos de poder.
    Todo lo anterior genera las siguientes características:
  5. Favorecen los fenómenos de parcelamiento creciente de la sociedad.
  6. Impulsa a no creer más en la esfera común como el espacio real en la que cada
    persona alcanza su beneficio.
  7. Alberga odio, pero esta no es su emoción predominante.
  8. Trasciende la esperanza en cualquier iniciativa colectiva y tiene fe sólo en sí
    mismo.
  9. Lo asalta un terror atávico de continuo, el miedo a sufrir.
  10. La lucha colectiva lo agota, batalla por sí mismo.
  11. Pánico al asumir que el combate es sempiterno.
  12. Híper valoración del esfuerzo individual. Subestima la importancia del otro en la
    construcción de un mundo mejor. Por eso el llamamiento: ¡Piensa, luego existes!
    Posible plan de trabajo
    Según este abordaje, estas podrían ser las características fundamentales de la
    personalidad del nini (al lado se sugieren algunas alternativas para su manejo):
  13. No se deja encajonar=Valora su particularidad.
  14. Se compromete sólo consigo mismo=Necesidad de apoyo.
  15. La condición subyacente es la soledad=Necesidad de apoyo.
  16. Individuo Tirano (Sadin)=Orientación, manejo político.
  17. Puede albergar odio=Manejo del odio, subrayar sus consecuencias negativas.
    Ofrecer alternativas como el amor.
  18. Tiene esperanza sólo en sí mismo=Apoyarlo moralmente.
  19. Lo asalta el miedo a sufrir=Manejar el miedo.
  20. Lucha por sí mismo=Ofrecer apoyo.
  21. Siente pánico al asumir que la lucha es sempiterna=Orientarlo, manejo político.
  22. Orientarlo en la interdependencia y el vínculo: ¡Piensa, luego existes!

De manera que las condiciones psicológicas más resaltantes son:

  1. Necesidad de apoyo.
  2. Orientación, manejo político para despertar la necesidad de incorporar al otro.
  3. Odio, Miedo.
    Oportunidades
    A los ninis puede orientárseles para que incorporen el vínculo y la confianza en las
    iniciativas colectivas sin que por ello nieguen su empuje personal; por supuesto, para
    ello se debe trabajar las condiciones psicológicas descritas en el punto anterior.
    Peligros
    Los ninis pueden constituirse en el “Individuo tirano” descrito por Sadin, con las
    consecuencias negativas descritas por ese autor y fáciles de prever.
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Hacia una Dialéctica de la Calidad Académica

Fernando Buen Abad Domínguez

No hay definición correcta de “Calidad Académica” sin una definición precisa, con problematización diferenciada, de las necesidades, endógenas y exógenas, a que responde. Su extensión, profundidad, y antigüedad. En un sentido, no único, educar es también reparar un daño. La mejor vacuna del mundo es inútil si se aplica a la enfermedad equivocada e incluso puede ser contraproducente y letal. Necesitamos la democratización y politización de la producción académica bajo una democracia participativa en la producción, reproducción y distribución social del conocimiento. Dinamizar la relación dialéctica científica entre teoría y práctica con práctica y teoría.

Las necesidades sociales, que poseen una diversidad enorme de causas e identidades, son seres sociales vivos, que nacen, se reproducen y extinguen según el grado de desarrollo colectivo y según el cúmulo de “puntos de no retorno” planificados para asegurar status civilizatorio a una colectividad. Porque ha sido un “cáncer” histórico muy doloroso y costoso inventar, imponer y aceptar las necesidades de minorías que se imponen a las mayorías para que las “resuelvan” esclavizándose. La libertad es conciencia de las necesidades.

La “Calidad Académica” ni se tiene para siempre… ni se detiene en los laureles coyunturales de las burocracias. Hay que poner a salvo a la “Calidad Académica” (o “Excelencia” le llaman algunos) de todas las emboscadas ideadas para falsificarla, camuflarla o mercantilizarla sacándola de su naturaleza social y política como derecho humano. Aquí la crítica al modelo capitalista de “mercantilismo educativo”, distingue a las iniciativas honestas que, sin presupuestos gubernamentales, desarrollan estrategias de financiamiento sin fines de lucro. No hay gran descubrimiento al afirmar que muchas iniciativas educativas, basadas en compromisos verificables de “calidad académica”, superan críticamente, en forma y contenido, las ofertas “oficiales” e incluso amplían los márgenes del conocimiento con mayor libertad y velocidad que los aparatos educativos estatales. Pero todo eso debe evaluarse y problematizarse contrastándolo con la dialéctica de las necesidades y sus satisfactores. Sin trampas.

Merece revisión y actualización, al calce, el conjunto terminológico que suele emplearse cuando se dirimen los antecedentes, la situación actual y las perspectivas de la “Calidad Académica”, sus ejes teórico-metodológicos predominantes y la relación dialéctica entre la teoría y la práctica de su desarrollo. Merecerá también un esfuerzo de re-semantización histórica el vocabulario que aquí se propone hacia una otra concepción y aplicación emancipada y emancipadora de la “Calidad Académica”.

Todo proceso que alcanza (en un momento histórico concreto) el máximo desarrollo (desigual, combinado y dinámico) de sus componentes, fija para sí y para sus entornos, parámetros y paradigmas de calidad que, en condiciones idóneas deberían impedir retrocesos o pérdidas en su totalidad o en sus partes. Y si tal máximo desarrollo es académico (es decir del conjunto de conocimientos alcanzados por una comunidad de enseñanza y aprendizaje, entonces la Calidad adquiere, además, valor estratégico para el desarrollo de la comunidad. Por eso la “Calidad Académica” es irreductible a los planos de las posesiones privadas, con fines de comercialización o de usufructo sectario. Es una relación o reducción aberrante por definición.

Todo está íntimamente relacionado de maneras diversas; todo está en movimiento constante y diferenciado; todo es materia resuelta bajo infinidad de formas. Todo está imbricado con el papel de la especie humana sus aportes, sus atrasos, desigualdades y conquistas. Así de compleja y rica es la naturaleza toda incluyendo a la humana y así de compleja, y comprensiva, debe ser la metodología para el conocimiento y el conocimiento para la metodología. Una de las cualidades más subyugantes del conocimiento es su dinámica incesante. Su velocidad diferencial y su luminosidad especial que no sólo aclara dónde se posa, sino que contagia otras luces en zonas inimaginables. Es una forma exponencial del crecimiento humano y por eso exige rigurosidad moral y ética en sus medios, modos y relaciones de producción y distribución.

Nuestra idea de “Calidad Académica” supone relaciones de conocimiento consensuadas. Estudiantes, docentes, investigadores, administradores… todos deberían participar de una comunidad científica para la dialéctica de las necesidades académicas y actualizarse permanentemente con una agenda consensuada también periódicamente. Nada debería ocurrir en los procesos del conocimiento, en su economía política, sin comprensión e intervención en los contextos económicos, históricos y políticos, sus necesidades y satisfactores consensuados por la participación directa de las comunicadas, reales o potenciales.

En ese marco, provisional, de referencias es necesaria una producción abierta de programas-protocolo integrales capaces de sistematizar tareas y evitar las “curriculas” o “pensum” de antojo. Semejantes protocolos han de ser, en su calidad y cantidad, mapas dinámicos con las rutas para la producción social del conocimiento con sus diversidades y sus límites. para la resolución de los problemas que agobien a los pueblos.

En materia de comunicación la problemática es también muy amplia, dinámica y diversa. Es un problema severo el plan de dominación ideológica imperial y es un problema de igual envergadura, el despliegue de la guerra mediática que además de concentración monopólica de medios, exhibe una dependencia tecnológica asfixiante ante pueblos que necesitan, por su diversidad cultural, herramientas de comunicación social emancipadas y emancipadoras.

Adicionalmente, es un problema serio el déficit de producción teórico-metodológica emancipadora, ajustada a las necesidades concretas de las coyunturas y de la humanidad toda. Necesitamos calidad académica extremadamente fiel y extremadamente dinámica en la tarea de resolver los problemas mundiales y locales de la comunicación tal como lo vio, en 1980, la comisión Internacional para el Estudio de los Problemas de la Comunicación que en su “Informe MacBride” exige: “Un Nuevo Orden Mundial de la Comunicación y la Información” para “Un solo Mundo con Voces Múltiples”. Estamos lejos de eso, por ahora.

Moncada

Opinión | A Bocaranda lo alcanzó la verdad

Nelson Bocarada era considerado una de las catedrales del periodismo venezolano, lo que pocos sabían es que tenía una doble vida; al mismo tiempo que era celebrado como periodista estrella, en secreto servía a la Embajada británica y norteamericana como un operador que promovía propaganda de guerra y pasaba información militar sensible de su propio país al Gobierno de Estados Unidos.