Prensa LAUICOM- En el Día Internacional de la Alfabetización, Venezuela celebra uno de sus logros más importantes: ser un país que le dijo adiós al analfabetismo gracias al esfuerzo del pueblo y programas sociales como la Misión Robinson. Este día, reconocido por la ONU desde 1965, sirve para recordar que saber leer y escribir no es un lujo, sino un derecho básico que abre puertas a la salud, al trabajo, a la dignidad y al progreso de las familias y las comunidades. Y en eso, Venezuela tiene mucho que contar. En 2005, nuestro país fue declarado por la UNESCO como “Territorio Libre de Analfabetismo”, después de que más de 1 millón 482 mil personas aprendieran a leer y escribir en pocos años.
Esto fue posible gracias a la Misión Robinson, un programa educativo que llegó a los barrios, los campos, las montañas y hasta las cárceles, llevando lápices, cuadernos y maestros a quienes nunca tuvieron la oportunidad de estudiar. ¿Y qué significa esto en la vida real? Significa que abuelos y abuelas que antes no podían leer una receta médica, hoy leen cuentos a sus nietos. Significa que madres y padres que no sabían firmar su nombre, ahora pueden ayudar a sus hijos con las tareas. Significa dignidad, esperanza y futuro.
Según datos de la UNESCO en 2014, en menos de 10 años, Venezuela logró alfabetizar al 95,2% de las personas que antes no tenían ninguna educación formal. Un avance gigantesco que puso al país como ejemplo en América Latina y el mundo. Este logro no es casualidad. Es el resultado de una Revolución que puso a la educación como prioridad, que creyó en el poder transformador de las letras y que entendió que sin alfabetización no hay justicia social posible.
Hoy, Venezuela sigue trabajando para que nadie se quede atrás. Porque alfabetizar no es solo enseñar a leer y escribir: es devolverle a las personas su lugar en la sociedad, su voz, su derecho a soñar.En este Día Mundial de la Alfabetización, celebramos no solo las cifras, sino las historias de miles de venezolanos y venezolanas que hoy escriben su propio destino. ¡Porque leer y escribir es libertad!