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Del intercambio nace la fuerza: CIIAB supera fronteras

Prensa LAUICOM — El Centro Internacional de Idiomas Andrés Bello (CIIAB), adscrito a la Universidad Internacional de las Comunicaciones (LAUICOM) y en coordinación con el Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, realizó el viernes 10 de octubre de 2025 su primera actividad del Programa de Certificación en Idiomas, mediante un intercambio conversacional con estudiantes del Movimiento Sin Tierra (MST) de Brasil y su Escuela Florestan Fernandes.

La actividad, desarrollada por videollamada desde el salón Earle Herrera de LAUICOM, contó con la participación activa de jóvenes del MST, docentes del CIIAB y mediadores clave como Simone Magalhães del MST y la profesora Rossana Sánchez, cuya articulación previa fue fundamental para concretar esta iniciativa.

El conversatorio se centró en diálogos cotidianos en español, simulando situaciones reales que los participantes podrían enfrentar durante una futura estadía académica en Venezuela. Esta dinámica permitió observar de forma natural su comprensión y uso del idioma, en línea con el enfoque pedagógico del CIIAB: promover la comunicación no solo como herramienta lingüística, sino como eje de integración cultural, cooperación Sur-Sur y fortalecimiento de la voz de los pueblos en un mundo multipolar.

La actividad está dirigida específicamente a estudiantes del MST que aspiran a cursar estudios en la prestigiosa Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), durante el período académico 2025-2026 en Venezuela, en el marco de los acuerdos de cooperación entre movimientos populares y el sistema universitario bolivariano.

Tamara Díaz, Vicerrectora de Asuntos Internacionales de LAUICOM, resaltó la importancia de “romper la barrera idiomática” como paso fundamental para construir puentes entre movimientos populares, universidades y comunidades comprometidas con la justicia social. Reforzando el rol del CIIAB en la democratización del conocimiento y en la formación de espacios comunicativos inclusivos, al servicio de la unidad latinoamericana y caribeña.

Este primer conversatorio marca el inicio de una misión pedagógica y política que busca reducir la brecha idiomática y acompañar a las y los jóvenes que, desde el campo y la lucha por la tierra, construyen el presente y el futuro de América Latina y el Caribe.

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LAUICOM y el espíritu de Morazán: educar para integrar, liderar para liberar

Prensa LAUICOM- La Universidad Internacional de las Comunicaciones (LAUICOM) realizó la clase magistral “Francisco Morazán: Vida, Liderazgo y Legado”. El evento, celebrado en el auditorio de LAUICOM, reunió a estudiantes, académicos y público interesado en reflexionar sobre la figura histórica del prócer centroamericano bajo la premisa: “La educación es el alma de las naciones libres”.

Durante la sesión, los profesores Gustavo Zelaya, especialista en Filosofía y Pensamiento Latinoamericano y Centroamericano, y Alí Rojas, gestor de políticas de memorias históricas del Centro Nacional de Estudios Históricos y profesor de LAUICOM, abordaron la visión revolucionaria de Morazán, quien, inspirado en los ideales liberales del siglo XIX, buscó construir un Estado moderno, laico y unido para Centroamérica, con división de poderes, libertad de prensa y una educación accesible.

Aunque su proyecto colapsó ante la oposición conservadora y los caudillismos regionales, su lucha tuvo un impacto profundo en la región: al resistir la fragmentación con convicción, sus experiencias marcaron el punto de inflexión que permitió a cada antiguo estado forjar su propio camino hacia la soberanía.

Este espíritu de emancipación y unidad latinoamericana encuentra resonancias en otras experiencias históricas del continente, como la Revolución Bolivariana en Venezuela, que también tiene la integración, la soberanía popular y la educación como pilares de la liberación.

Hoy, el legado de Morazán persiste no solo en monumentos, nombres de ciudades y símbolos nacionales, sino en el anhelo constante de una patria grande, justa y libre.

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Presidente Maduro sostiene encuentro con delegados del Congreso Mundial en Defensa de la Madre Tierra

Como parte de las actividades del Congreso Mundial en Defensa de la Madre Tierra, que inició este jueves en Caracas, el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, encabezó una reunión con las delegaciones internacionales y nacionales, para debatir las propuestas ecosocialistas que surgirán del evento y que serán presentadas en la próxima COP30 en Brasil.

La cita con el Mandatario Nacional se realizó tras el inicio de las jornadas de debate, que reúnen a 173 delegados internacionales de más de 63 países y 1.151 delegados nacionales, provenientes de movimientos sociales y comunas ecosocialistas.

El encuentro tiene como punto focal la necesidad de generar una agenda de acción conjunta, que impulse una visión distinta para enfrentar la crisis climática global. En consecuencia, el objetivo principal es construir una «sociedad verde, una economía verde, un país verde».Concebido como una preparación clave para la COP30, que se llevará a cabo en Belém do Pará, Brasil, del 10 al 21 de noviembre de 2025, este encuentro busca llevar la experiencia venezolana de la Gran Misión Madre Tierra y la Misión Árbol, a los debates climáticos internacionales.»

El Congreso continuará mañana, 10 de octubre, con mesas de trabajo que buscan consolidar las propuestas de acción, que la delegación venezolana y los movimientos sociales llevarán a la cumbre mundial en Belém do Pará.

Junto al Jefe de Estado venezolano, se encontraban presentes la Ministra de Ciencia y Tecnología, Gabriela Jiménez; el Ministro de Ecosocialismo, Ricardo Molina; y la Presidenta del Instituto Nacional de Parques (Inparques) y Misión Árbol, Rosinés Chávez, quienes han hecho hincapié en que este espacio permite a los movimientos sociales hacer sus planteamientos directos ante la emergencia climática.

Prensa Presidencial

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Las trampas de la paz: desmontando la falsa diplomacia imperial

Prensa LAUICOM- En una entrevista realizada por videollamada para Rompeviento TV, el doctor Fernando Buen Abad, especialista en Filosofía de la Comunicación, alertó sobre las “trampas de la paz” orquestadas por actores hegemónicos como Donald Trump. Buen Abad indicó que las propuestas presentadas bajo el disfraz de soluciones diplomáticas para Gaza y Palestina no buscan la justicia, sino consolidar mecanismos de dominación: protectorados externos, apropiación de recursos naturales y la legitimación de una violencia sistemática contra poblaciones indefensas.

El intelectual criticó lo que denominó “paz burguesa”: una concepción que prioriza la estabilidad de los mercados y los intereses geopolíticos por encima de la dignidad humana, la soberanía popular y los derechos colectivos. En contraste, destacó la postura del presidente colombiano Gustavo Petro como un ejemplo de liderazgo ético y comprometido con la defensa de los derechos humanos, especialmente frente al silencio o la complicidad de gran parte de la comunidad internacional.

Buen Abad insistió en la necesidad urgente de articular alianzas entre movimientos sociales, gobiernos progresistas y fuerzas populares para construir una convergencia global capaz de actuar con coherencia moral y poder de incidencia frente a las políticas imperialistas. Destacó que la crítica por sí sola resulta insuficiente si no se transforma en acción colectiva y organizada.

En un mundo marcado por crisis ecológicas, políticas y humanitarias, subrayó la importancia de superar la resignación y convertir el compromiso ético en una fuerza capaz de impulsar cambios estructurales, enfatizando que la paz auténtica solo puede florecer cuando se garantizan la justicia social, la equidad material y el derecho de los pueblos a decidir su propio destino.

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En horas difíciles pensar críticamente no es pensar rígidamente: Fernando Buen Abad Domínguez

Nuestro pensamiento crítico en REDH, reclama plasticidad conceptual, humor estratega y audacia afirmativa. Esto exige, en primer lugar, superar una confusión frecuente, se asimila la rigurosidad crítica con la inflexibilidad proposicional, como si la inteligencia crítica consistiera en sostener verdades inmutables ante las luchas que son mutable todas y siempre. Tal superación es, en verdad, una necesidad autocrítica y epistemológica para fortalecer nuestra praxis transformadora. La crítica auténtica no conserva dogmas sino problemas; no es un catálogo de certezas, sino una forma de interrogación que permanece viva en la medida en que admite la modificación de sus hipótesis frente a la experiencia y la correlación con los sujetos históricos. Por tanto, el antídoto contra la rigidez es la dialéctica, no una fórmula academicista, sino una práctica que enlaza tesis y praxis, teoría y sensibilidad, análisis y esperanza. Es precisamente en la tensión entre la desconfianza racional y la confianza política donde el pensamiento crítico encuentra su movimiento fecundo, “los filósofos sólo han interpretado el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de transformarlo.” Esa sentencia, breve y ética, recuerda que la interpretación sin transformación es autoengaño, y que la transformación sin reflexión deviene en catástrofe.

Si se acepta la dialéctica como método, entonces la posición de nuestros intelectuales y artistas debe ser revisitada, su función no es la de guardián de dogmas, sino la de mediador crítico entre memoria social y proyecto colectivo. En ese rol, la intelectualidad no se reduce a una elite desvinculada; tampoco debe renunciar a la autonomía crítica. Esta idea no es una coartada para la servidumbre teórica sino una invitación a que el pensamiento se haga efectivo en las prácticas emancipatorias. En tiempos de agresión imperial incesante y reorganización de fuerzas para la Batalla de las Ideas, los intelectuales y artistas deben cultivar una doble habilidad, la capacidad de leer con precisión las estructuras de poder burgués —sus dispositivos discursivos, simbólicos y materiales— y la capacidad de convertir esa lectura en formas sensibles, comprensibles y motivadoras para la acción organizada de las multitudes. No hay excusa legítima para un divorcio entre análisis y pedagogía, la claridad expositiva es una exigencia ética.

En una sociedad saturada de imágenes, la batalla simbólica es decisiva; ganar o perder sentido puede facilitar o bloquear transformaciones materiales. De ahí que la inteligencia emancipadora no sea un ornamento, sino un componente estratégico de la lucha política. Cuando el pensamiento y la expresión articulan crítica y esperanza —cuando convierten la indignación en formas que movilizan la imaginación colectiva— cumplen su función revolucionaria. Pero esto no se realiza por mera voluntad, exige honestidad estética, disciplina formal y experimentación. El arte emancipador debe conjugar la complejidad reflexiva con la eficacia comunicativa; debe ser simultáneamente exigente para la inteligencia y accesible para los afectos.

En este punto aparece el humor revolucionario, que opera como una palanca insospechadamente poderosa contra la anestesia política. El humor no es trivialidad; es técnica de desactivación del terror simbólico. Donde el discurso hegemónico construye pavor o solemnidad para imponer consenso, la risa política desactiva la autoridad del miedo y abre la posibilidad de una mirada distinta. La sátira, la caricatura, la zamba crítica o la escena teatral que devuelve la farsa del poder a su desnudez, todo ello actúa como una forma de desalienación, permite que las personas reconozcan la arbitrariedad del orden presente y se animen a imaginar alternativas. Más aún, el humor pone en juego una inteligencia afectiva, reduce la distancia entre el intelecto y la vida cotidiana, hace tolerable la crítica y sostiene la práctica colectiva en contextos adversos. Por eso, el humor revolucionario no es complacencia ni escapismo; es táctica de derrota del fatalismo. Lo supo Chaplin.

Optimismo revolucionario y rigor crítico no son incompatibles, son mutuamente condicionales. El optimismo que sirve a la causa emancipadora no es ingenuidad acrítica; se alimenta de análisis realistas sobre fuerzas, correlaciones y límites, pero conserva la certeza útil de que la concatenación de actos conscientes puede alterar trayectorias históricas. Psicologías políticas colectivas —cultura de la esperanza— se construyen mediante prácticas simbólicas y organizativas que producen revoluciones en todas sus escalas. Esos tejidos resistentes dependen de narrativas que articulen memoria, denuncia y proyecto. El relato emancipador debe ser verídico (no se debe mentir sobre las dificultades) y simultáneamente energético (no debe traicionar la aspiración por la transformación).

Nuestro pensamiento crítico flexible, no blandengue, requiere también de una ética de la duda productiva, la capacidad de revisar científicamente las convicciones, de asumir errores, de reconocer límites y de aprender con humildad. Esta ética no debilita la acción; la fortalece. Un intelectual inflexible, prisionero de axiomas intemporales, corre el riesgo de volverse irrelevante o quebradizo… peor, cómplice por omisión. En contraposición, la postura crítica flexible admite debates rigurosos, se alimenta de interdisciplinariedad, y prioriza la articulación con los sujetos sociales.

Un rasgo indispensable de la creatividad intelectual revolucionaria es la experimentación estratégica con formas de comunicación. De la mano de la estrategia comunicacional aparece una práctica política de los afectos, el cultivo de vínculos materiales y simbólicos confiables. La política basada exclusivamente en argumentos racionales y en la denuncia contable no arraiga si no está acompañada por prácticas que permitan a las personas reconocerse como portadoras de una comunidad posible. El intelectual y el artista revolucionario deben desarrollar, entonces, formas de sociabilidad que construyan fraternidades, círculos de estudio, talleres de creación colectiva, proyectos culturales en el territorio que combinen formación y producción estética. Estos espacios crean capital simbólico y afectivo imprescindible para sostener procesos de largo aliento.

La solución no es banalizar la seriedad, sino revolucionarla con prácticas que recuperen la alegría política como componente estratégico. La alegría no es banquete sentimental sino energía y moral histórica. El antídoto es el optimismo informado, confianza prudente y acción planificada y el humor revolucionario con optimismo crítico de quienes participan en la construcción colectiva. Reír no es burlarse de las víctimas; reír con las comunidades es recuperar la capacidad de mirarse mutuamente sin el peso de la culpa impuesta por la dominación. El humor puede ser, entonces, gesto de ternura política, una manera de decir que la humanidad no está completamente perdida, que existen fisuras en la dominación por donde se cuela la posibilidad.

Pensar críticamente en horas difíciles exige desobediencia epistemológica con flexibilidad teórica, disciplina práctica, claridad pedagógica, audacia estética y humor estratégico. Los intelectuales y los artistas de nuestra REDH son piezas clave en ese entramado, no como autoridades que dictan verdades, sino como mediadores creativos que habilitan procesos colectivos de conocimiento y esperanza. Nuestra tarea es construir narrativas verídicas que organicen y movilicen una pedagogía que conecte análisis y deseo; es inventar formas simbólicas que hagan de la crítica un instrumento vivificante. Las luchas hoy demandan, más que custodios de certidumbres, creadores de inteligencia colectiva, personas que piensen con rigor, actúen con prudencia y rían con audacia. Sólo así será posible convertir la dura realidad en un terreno donde la imaginación política —alimentada por disciplina conceptual y alegría radical— produzca transformaciones duraderas. Desde abajo.

Por Fernando Buen Abad

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De Chávez a Petro, de Honduras a México: La llama antiimperialista no se apaga

Prensa LAUICOM- En el programa Sin Truco ni Maña #33, transmitido desde la Ciudad de México, se destacó con firmeza el resurgimiento de corrientes “nazifascistas” encabezadas por figuras como Donald Trump y Benjamin Netanyahu, cuyas políticas unilaterales y desprecio por el derecho internacional evocan los peligros del siglo XX.

La presentadora Tania Díaz, diputada y rectora de la Universidad Internacional de las Comunicaciones, resaltó el discurso de Gustavo Petro en la ONU como un acto valiente contra el imperialismo, al tiempo que se reivindicó la histórica intervención de Hugo Chávez en 2006, donde denunció el intervencionismo estadounidense. Periodistas y activistas de México, Honduras y Venezuela coincidieron en señalar que la ONU ha fracasado en enfrentar crímenes como el genocidio palestino, y que Estados Unidos instrumentaliza temas como la migración y el narcotráfico, incluyendo falsas acusaciones contra Venezuela, como el inexistente “Cártel de los Soles», para justificar agresiones.

La periodista Sasi Alejandre (México) calificó a EE.UU. como una “bestia moribunda” que reacciona con violencia ante su decadencia. Stephany Bueso, del Partido Libre Feminista de Honduras, destacó los avances sociales bajo el gobierno de Xiomara Castro y la amenaza que representa la injerencia estadounidense para toda la región. Por su parte Yosneisy Paredes, viceministra de Juventud Productiva y Trabajadora, enfatizó la importancia de la resistencia cívico-militar y el pensamiento crítico frente a la desinformación impulsada por corporaciones y el “tecnofeudalismo”.

El programa concluyó con un llamado urgente a la unidad latinoamericana, reafirmando a Venezuela como bastión antiimperialista y al ALBA como vanguardia de una paz con justicia social. La juventud y las mujeres emergen como actores centrales en la defensa de la soberanía y la construcción de un futuro alternativo al dominio fascista y neoliberal.

Arranca el XXIX Seminario Internacional “Los partidos y una nueva sociedad”.Inauguramos el encue

Venezuela llama a la unidad antiimperialista en Seminario Internacional en México

Prensa LAUICOM- La vicepresidenta de Asuntos Internacionales del Partido Socialista Unido de Venezuela y rectora de la Universidad Internacional de las Comunicaciones (LAUICOM), Tania Díaz, participó en el XXIX Seminario Internacional “Los partidos y una nueva sociedad”, celebrado en México, siendo el Partido del Trabajo su anfitrión. El encuentro reafirmó la necesidad de unir esfuerzos desde la izquierda para enfrentar los desafíos globales con propuestas de paz, justicia y soberanía.

Llamó a no ver a Venezuela solo como un caso de solidaridad, sino como parte de una lucha global.

En este sentido, alertó que las recientes declaraciones de Donald Trump representan una amenaza contra la democracia en América y el mundo, e invitó a construir “un bloque potente y fuerte que le diga al imperialismo norteamericano que en América Latina no permitiremos un nuevo colonialismo”.

Por otra parte, Díaz destacó que la idea de LAUICOM fue concebida por el Comandante Hugo Chávez como una universidad para todos los pueblos del mundo, anticipando que las guerras del siglo XXI se libran en los terrenos del conocimiento, la cultura y la información. “Venezuela está dispuesta a levantar la bandera de todos los partidos y movimientos presentes aquí».

Resaltó los logros del país tras un año electoral con seis comicios, en los que el chavismo obtuvo victorias contundentes frente a la oposición extrema. Subrayó que, pese a las sanciones impuestas por el expresidente estadounidense Barack Obama, hoy más del 96% de lo que se consume en Venezuela se produce localmente.

Finalmente, mostrando imágenes del presidente Nicolás Maduro caminando junto a diversos sectores del pueblo venezolano, Díaz subrayó que su liderazgo se sustenta en el amor y el apoyo del pueblo. Citando al jefe de Estado, enfatizó que Venezuela vive una “resistencia activa permanente” frente al imperialismo, con preparación militar ante amenazas reales, pero con vocación de paz, soberanía y dignidad.

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Chávez vive en los corazones que sueñan con justicia

Prensa LAUICOM- Este miércoles, más allá de las cámaras, los discursos y las banderas, algo profundo y difícil de medir con palabras sucedió en el aire: el alma de Hugo Chávez volvió a caminar entre nosotros. No como estatua, ni como recuerdo lejano, sino como latido colectivo, como brújula moral que guía a quienes aún creen que otro mundo es posible.

En medio de pantallas encendidas desde Caracas hasta Moscú, desde La Habana hasta España, se percibía una emoción contenida, casi sagrada. No era solo un acto académico; era un abrazo ideológico entre pueblos heridos por el mismo enemigo: el imperialismo. Algunos asistentes lloraban en silencio al escuchar fragmentos del discurso de Chávez en la ONU. Otros apretaban los puños con emoción al recordar cómo, con su voz firme y su sonrisa inquebrantable, desnudó al “dueño del mundo” frente a las naciones.

Lo más conmovedor no fueron los discursos, sino los pequeños gestos: el silencio respetuoso al mencionar a los caídos en la lucha, las manos que se alzaban en señal de victoria al grito de “¡Chávez vive!”, las miradas cómplices entre desconocidos que, por un instante, se reconocieron como hermanos en la misma batalla.

Adán Chávez habló con la calma de quien carga un legado, pero también con la pasión de quien lo siente vivo. Cuando dijo “la revolución debe ser internacional”, no sonó como una consigna, sino como una promesa. Y en ese momento, muchos supieron que no estaban solos.

Desde el País Vasco, Iñaki Gil habló de lucidez, pero también de amor por los pueblos. Desde Nueva York, Blanca Eekhout recordó que las palabras de Chávez “iluminan el presente”, y lo hizo con una ternura que contrastaba con la crudeza del mundo que denunciaba.

Sara Flounders, con la firmeza de quien ha recorrido mundo, dijo que “la única forma de sobrevivir es mediante la unidad”, y en esas palabras resonó el eco de todas las resistencias del mundo.

Y a su vez Tania Díaz encendió la chispa: “Venezuela se escribe con V de valentía, V de voluntad y V de venceremos”, dijo, y en ese trío de “V” cabía toda la esperanza de los que sueñan despiertos.

Porque al final, esta Cátedra no es solo un espacio de teoría. Es un refugio para los que aún creen, un faro para los que navegan en la tormenta, y un recordatorio: mientras haya corazones dispuestos a luchar por justicia, Chávez seguirá vivo. No en el pasado, sino en el futuro que juntos construimos.

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Cátedra Internacional Hugo Chávez Comunicador: pensamiento vivo contra el imperialismo

Prensa LAUICOM- Con la participación de más de 500 personas de 28 países, se inauguró este miércoles la Cátedra Internacional “Hugo Chávez Comunicador”, una iniciativa impulsada por la Universidad Internacional de las Comunicaciones (LAUICOM) junto a otras instituciones aliadas. El evento, que se realizó de forma presencial y virtual mediante Zoom y YouTube, busca rescatar el pensamiento del Comandante Hugo Chávez como herramienta para enfrentar el imperialismo y construir un mundo pluricéntrico, justo y solidario.

Las salas presenciales se desarrollaron simultáneamente en seis sedes nacionales: el Instituto Hugo Chávez, el Instituto Simón Bolívar, el Instituto de Altos Estudios Pedro Gual de la Cancillería en Caracas, el PSUV y la Universidad Militar Bolivariana.

Julio Chirinos, coordinador de la cátedra, explicó que las sesiones se llevarán a cabo el último miércoles de cada mes. “Esta cátedra no es solo un homenaje, sino una necesidad: desarrollar teorías y pensamiento crítico que permitan detener los avances del imperialismo”, afirmó, destacando a Chávez como un gran teórico y visionario cuyo legado sigue plenamente vigente.

Tania Díaz, diputada y rectora de LAUICOM, resaltó el carácter internacional del encuentro, que contó con asistencia de Argentina, Brasil, Cuba, Estados Unidos, Rusia, España, México y otros países de América, Europa, África y el Caribe. “Sumarse a esta iniciativa es un gesto hermoso de solidaridad entre pueblos”, dijo, recordando que Chávez se consideraba “ciudadano de la Patria Grande y del mundo”.

El acto incluyó un video que repasó la histórica gira de Chávez por los países de la OPEP tras su elección en 1999. En ese momento, Venezuela era un país rico en recursos pero profundamente saqueado. Chávez comprendió que el petróleo podía ser una herramienta de soberanía y cooperación, no de dominación. Se recordó su discurso en la ONU del 20 de septiembre de 2006, donde denunció con firmeza la hegemonía estadounidense: “El presidente de Estados Unidos habla como si fuera el dueño del mundo”, dijo entonces, y advirtió contra la “dictadura mundial” que se impone con bombas y cañonazos.

Adán Chávez, presidente del Instituto de Altos Estudios del Pensamiento del Comandante Supremo Hugo Chávez, destacó que “la revolución debe ser internacional”. Afirmó que el pueblo venezolano sigue firme en su apoyo al presidente Nicolás Maduro y en la defensa del legado chavista frente a las agresiones externas.

Desde Cuba, el ministro de Cultura Abel Prieto subrayó la importancia de esta cátedra para “desenmascarar al imperialismo”, señalando ejemplos actuales como el genocidio en Palestina con el respaldo de Estados Unidos. “Cuba está y estará siempre al lado de Venezuela”, afirmó con contundencia.

Miguel Ángel Pérez Pirela, fundador de Iguana TV, recordó que “en momentos de agresión, no se trata de racionalidad fría, sino de conciencia histórica”. Criticó las amenazas de Estados Unidos contra Venezuela y reafirmó que “toda incógnita que queramos resolver debe partir del pensamiento del Comandante Chávez”.

Iñaki Gil, profesor e investigador de la Red de Intelectuales y Científicos en Defensa de la Humanidad, desde el País Vasco, felicitó a LAUICOM por romper los moldes con su capacidad de análisis y visión crítica, destacando la importancia de aprender de realidades como la de Venezuela para anticiparse y prepararse ante posibles escenarios similares. “Es necesario tomar ejemplo y actuar con lucidez”, subrayó.

Blanca Eekhout, del Instituto Simón Bolívar desde Nueva York destacó la vigencia del pensamiento chavista: “Sus palabras siguen iluminando el presente”. Llamó a fortalecer la “diplomacia de los pueblos” frente a un imperio que “solo se sostiene con violencia, miedo y racismo”.

La escritora y activista Sara Flounders fue clara: “La única forma de sobrevivir es mediante la unidad”. Mientras que Roy Daza, del PSUV desde México afirmó que “la lucha hoy es entre democracia y fascismo”, y que “Venezuela nunca será humillada por ningún imperio”.

Tania Díaz cerró el acto con un mensaje de esperanza: “Venezuela se escribe con V de valentía, V de voluntad y V de venceremos”. Anunció que las próximas sesiones continuarán el último miércoles de cada mes, reafirmando el compromiso con el pensamiento crítico, la solidaridad internacional y la defensa de la soberanía frente al imperialismo.

Este primer encuentro demostró que el legado de Hugo Chávez sigue vivo, no solo en Venezuela, sino en los corazones y mentes de miles de personas en todo el mundo que luchan por un planeta más justo, libre y humano.

Ver transmisión completa: