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EL BUMERANG DEL PREMIO NOBEL

Por Prof. José Garcés

Vicerrectorado de Investigación LAUICOM

Cuando Marco Rubio le comunicó a MCM que la iba a proponer como premio Nobel de la paz, ellos sabían que era un paso más en el plan que tienen para derrocar a la Revolución bolivariana. Imagino las efímeras alegrías que disfrutarían ese día y las fantasías de victoria que endulzarían sus pensamientos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en la mesa donde se planifica, todo cuadra, 2 más 2 son 4, pero la práctica puede ser cruel y traicionera. El Profesor Luis Delgado siempre nos alecciona con un aforismo aprendido de su padre, que ilustra esa infausta realidad para los planificadores: «Dibujar una paloma es de gran facilidad, Hacerle el pico y que coma, he ahí la dificultad».

Pues bien, parece que el oxímoron de la guerrera paloma de la paz que dibujaron Marco Rubio y MCM no tiene pico ni puede comer, y corre el riesgo de morir de hambre.

En una investigación usando la técnica de investigación narrativa en la que se pone toda la atención en las historias que teje el «Mundo imaginal» de las personas, se encontraron los siguientes elementos que resultan sumamente interesantes para los patriotas y desalentadores para los enemigos de la patria.

Es bueno recordar que el «Mundo imaginal» como lo propone Corbin, es un mundo intermedio entre el mundo sensible y el mundo inteligible, nosotros creemos que es la parte del psiquismo que teje historias y que esas historias son en realidad metáforas de lo que ocurre en el alma, por eso la técnica de investigación narrativa puede darnos luces de lo que ocurre en el alma de ese sector de la población que apoya a la oposición.

Aplicamos la técnica a una muestra “No probabilística intencional”, de cuatro adultos masculinos, de edad promedio 50 años y de clase baja y media baja, y que estaban en contra del Presidente Maduro, en un sitio público y a cielo abierto, en donde estábamos obligados a esperar y se pueden formar largas y animadas conversaciones. A este grupo les escuché las siguientes frases, que trataremos de analizar y que dividiremos por temas:

1. Preocupación por las condiciones materiales.

«Me dijeron que esta era la última bolsa».

Era evidente la preocupación que manifestaba ese sujeto cuando lo decía; de lo que se desprende que ante la posibilidad de una incursión armada y violenta por parte de los EEUU hacia Venezuela, la persona concluye que hay ciertos beneficios que ya no recibirían. La alegría de la salida de Maduro contrastaba con la dificultad en el acceso de alimentos.

Lo mismo se aplica a la expresión que me dio otro participante;

«La gasolina subsidiada se acaba cuando caiga el primer bombazo».

Un aire de incertidumbre recorría el ambiente ante esas afirmaciones.

2. La fé.

Siguiendo con la investigación narrativa, aparece significativamente en tema de la fé. Un tercer investigado me confió:

«Yo creo que no llegamos a diciembre. Ahora sí se va». (Refiriéndose al Presidente Maduro).

«Tenemos casi 30 años con fe, vamos a ver si ahora sí».

De estos elementos se desprende que la fe en estos casos es un instrumento externo al sujeto. Se trata de un fenómeno de “Externalidad”. El hecho de que las cosas sucedan no depende de su voluntad ni de su conducta, sino que es un elemento en donde el sujeto espera pasivamente que ocurran las cosas. Esta actitud es perfectamente comprensible, luego de los repetidos fracasos que ha tenido la oposición fascista en sus continuados intentos para derrocar la Revolución bolivariana. Podemos afirmar que un proceso político que no incluye la participación voluntaria y activa de sus adeptos es un proceso que está destinado al fracaso. Esta tesis también demuestra lo que venimos afirmando en trabajos anteriores, y es que los sucesos violentos protagonizados por los «comanditos» y los «guarimberos» tenían muy poca participación del pueblo y se debían más a actores políticos pagados que actuaban como verdaderos mercenarios.

Aunque esto no niega que haya opositores civiles se hayan sumado a estas acciones violentas, pero que en todo caso, no implican un sector importante del pueblo, ni una continuidad sistemática de esos civiles opositores en el tiempo para los epilépticos ataques al país (guarimbas). (Ver Psicología de la violencia fascista de este autor).

3. Posibilidad de invasión militar.

Siguiendo con las historias narradas y al preguntar sobre la posibilidad de invasión, nos encontramos con estas perlas:

“Si entran los mariner va a haber una mortandad, y eso es lo que se está evitando».

Ante mi pregunta: ¿Tú piensas que a su familia le puede pasar algo?

La respuesta de uno de los sujetos debe leerse como una lucha entre los mecanismos de defensa y lo que le han hecho creer con la guerra cognitiva, de que solo se trata una «operación quirúrgica de extracción». y luego, de un largo e incómodo silencio dijo:

«No creo, pero uno no sabe»

4. Premio Nobel.

Cuando inquirimos sobre lo que piensan acerca del recién asignado premio Nobel, las perlas fueron más brillantes. Con ese tema, el sujeto que más hablaba me dijo:

«Yo tampoco entendí mucho lo del premio Nobel, es como si le pusieran (a MCM) una armadura». «Algo que la defiende y la protege»

Y cuando repregunto: ¿Y a ti? ¿Quién lo defiende? ¿Quién lo protege? Un largo suspiro y una mirada al punto geográfico opuesto a mi posición y bastante lejos de la conversación, ya decía todo, pero las palabras ponían un sello de realidad:

Mirándose las manos me contestó:

«A mí siempre me han protegido estás manos», lo que obviamente estaba referido a su trabajo y no a la capacidad de defensa de unas manos con un arma, y mucho menos de una «armadura».

Otro de los sujetos evitó la conversación retirándose unos pasos (lo que ya dice mucho) mientras mascullaba entre dientes:

«Eso sí es un peo».

De estas historias se pueden inferir que hay una parte de la población opositora que se siente temerosa y angustiada por una posible invasión militar gringa, y que sabe que no cuenta con la protección de sus líderes.

Inferimos que las fantasías de desprotección gravitan en la mente de los opositores, que aunque tozudamente apoyen a MCM, tienen la sospecha de que, en caso de una invasión, ella, y solo ella, va a estar protegida. Otra vez, la desazón de la soledad y la desprotección asola la mente de los opositores, sin que nadie acuda a ofrecer nada para llenar su falta. De tal manera, que estas historias que teje el mundo imaginal en los opositores, parecieran dirigirse a entender que la protección es para ella sola, y que, como siempre, el pueblo de a pie, siempre pagará los platos rotos.

5. Don de mando

Le hice la ilustración de lo que se ha dado en llamar «Don de mando», en el mundo militar y policial. Y cuando le pregunté al aire: ¿MCM tiene don de mando?

Uno de los sujetos, alzando las cejas y poniendo una expresión entre la duda y el asombro me contesta:

«Debe tener, porque ella no anda sola».

Podemos inferir que las continuas contradicciones de la conducta de MCM, parecen promover la idea de que no se trata de una persona con personalidad ni don de mando, aunque siga siendo el deseo más vehemente de sus adeptos, ya que los epítetos de “Reina” y Libertadora” pululan en las RRSS.

Corolario

Por todo lo anterior, y verificando las insospechadas consecuencias para los opositores que puede traer el hecho de que MCM reciba el premio Nobel de la paz, hacen pensar que esto más que un acicate es un bumerang que le puede hacer más daño que bien. Los opositores pueden albergar una estructura emocional que varía entre el miedo, la angustia, la incertidumbre ya la desprotección.

Por las respuestas se puede inferir que no existe una cohesión monolítica en las filas del oposicionismo, sino que como siempre, parecen unidos porque el odio los aglutina, y que esa falta de cohesión parece estar presente entre los opositores de a pie y los líderes de la oposición fascista.

Este pareciera ser un muy buen momento para preguntar: ¿Quién el verdadero líder de la oposición fascista? Pareciera que aun en las filas de la oposición las respuestas no apuntan a MCM sino a Donald Trump. Es bueno recordar que en la relación vinculante de los mandos y tropas militares, el adjetivo posesivo “Mi” está siempre presente, y ahora cobra mayor fuerza. Se trata de “Mi” capitán o de “Mi comandante”, el “Mío”, el que vela por mí y a quien le puedo confiar mi vida porque es una persona de moral y solidaridad probada. La ciudadanía (que no eran militares) se refería a Bolívar como “Mi general”. Esto no pareciera existir en las filas de la oposición.

P.D.

Este trabajo no debe considerarse como una investigación terminante ya que adolece de fallas metodológicas, pero que afinando la técnica de recolección de datos, de muestro y de extrapolación, puede dar resultados interesantes que den cuenta del mundo imaginal. Estamos en la búsqueda y desarrollo de esa metodología. Pero, estos primeros resultados obligarían a quienes gobiernan a la oposición fascista (a nivel nacional e internacional), a analizar muy bien acerca de si fue pertinente esa elección para el Premio Nobel.

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