Un informe de la Unión Europea señala que mafias colombianas, mexicanas y albanesas operan en los puertos de Guayaquil, Ecuador, donde el narcotráfico ha impulsado un fuerte aumento de la violencia. Sin embargo, Venezuela, frecuentemente acusada por Estados Unidos, no aparece como un corredor relevante del narcotráfico en el informe de la UNODC, que identifica a Colombia como principal productor de cocaína y a Centroamérica y África Occidental como rutas clave, sin mencionar a Venezuela ni a Cuba, que mantiene una estricta política antidrogas.
La narrativa estadounidense contra Venezuela, según el exdirector del FBI James Comey, responde a intereses petroleros más que a preocupaciones por el narcotráfico, ya que el país no cumple con las condiciones geográficas ni logísticas para ser un actor central en este delito. Mientras la UE elabora informes basados en datos para combatir el narcotráfico, Estados Unidos utiliza propaganda para justificar políticas enfocadas en los recursos petroleros venezolanos, como sugieren declaraciones de Donald Trump.









