Armando Mattelart y la nueva comunicación para la liberación de los pueblos: diez tesis cardinales

Tania Díaz González/ Luis Delgado Arria

Universidad Internacional de las Comunicaciones

Armando Mattelart, figura cardinal en los estudios de comunicación y cultura, recientemente ha volado a otros paisajes. En reconocimiento de su valiosa vida y obra, formulamos un breve decálogo con algunos de sus principales aportes a la comunicación liberadora. Su visión de la comunicación trasciende la mera tecnología o el intercambio mercantil y cósico de mensajes, concibiéndola como un espacio de disputa por la hegemonía, la soberanía y la construcción de conocimiento situado y emancipador.

1. La desestructuración del mito de la ‘aldea global’ y el imperialismo cultural

Mattelart (1976), junto a Michèle Mattelart, fue pionero en desmantelar la visión utopista y tecnológico centrada de la «aldea global» de McLuhan. Su trabajo expuso cómo los flujos de comunicación globales distan de ser neutros, respondiendo, más bien, a la lógica del capitalismo hegemónico y a su proyecto de dominación ideológica. La tesis por mucho tiempo dominante según la cual la tecnología era una fuerza inherentemente democratizadora fue confrontada con la realidad de la dependencia estructural y la imposición de modelos culturales eurocéntricos y subsidiarios de lo que a la postre fue definido como el capitaloceno (Mattelart & Mattelart, 1976). Este aporte de Mattelart antecede la crítica de Hinkelammert (2002) en torno a la ideología del mercado total; y la crítica de Dussel (1998) a la falacia del desarrollo y la modernidad.

2. Geopolítica de la comunicación y la lucha por la hegemonía

Mattelart vincula la comunicación con las dinámicas de poder global que antecedió el movimiento de globalización, ofreciendo un primer mapeo de las redes de poder. Su análisis metódico de las infraestructuras físicas de comunicación (cables, satélites, agencias de noticias) demostró que el control de la información es un pilar de la dominación global. Entender estas redes, y no solo los contenidos, es crucial. La lucha por la desconexión/reconexión soberana de estas redes se convierte a partir de Mattelart en una tarea política fundamental para la liberación (Mattelart, 1996).

3. La comunicación como un espacio de lucha hegemónica

Mattelart (2007) fue uno de los primeros intelectuales en concebir la comunicación como un espacio de lucha por la hegemonía, espacio donde se disputan las narrativas y las matrices de sentido. Tal abordaje enlaza con la visión dialógica de Bajtín (1981) sobre la heteroglosia y la confrontación de voces, y el análisis crítico del discurso de Maingueneau (2005) sobre la construcción de ethos y las formaciones discursivas.

4. La comunicación descolonial y la soberanía semántica

Los aportes de Mattelart hacen parte vertebral de la Filosofía de la Liberación, primordialmente a causa de su llamado explícito a la recuperación de la memoria local y nacional popular; y su énfasis en la contrahistoria. Partiendo del proyecto chileno de la Unidad Popular liderado por Salvador Allende, Mattelart y Mattelart (1976) fueron pioneros en enfatizar la necesidad de provocar una nueva comunicación popular que recupere la memoria histórica y la voz de los sujetos y las clases sociales históricamente expropiados. Esta contrahistoria es crucial para desmantelar el discurso colonial y occidentalizante, eco de la crítica a la razón instrumental de Heidegger y la exigencia ética de Ellacuría (1990) por una «realidad social total» que incluya y de centralidad a los oprimidos como sujetos subversivos y recreadores de la nueva historia

5. La comunicación y la lucha de clases

Mattelart (2002) cuestionó de raíz la tesis ideológica de que la tecnología por sí misma (incluida la internet) produce un valor intrínseco. Según su visión, las tecnologías son por definición siempre intrínsecamente ideológicas y políticas, y están determinadas por la finalidad de quienes las diseñan, controlan y usufructúan. La liberación requiere no solo aprender a utilizar usar la tecnología, sino reapropiarla críticamente y transformarla estéticamente siempre desde una ética descolonial, un imperativo que Apel (1998) situaría como intrínseco a la ética discursiva de la responsabilidad global.

6. La comunicación como derecho humano básico e irrenunciable

Su trabajo nutre el concepto del Derecho a la Comunicación (DAC) como un derecho humano fundamental, rebasando el mero derecho a ser informado, lo cual es mucho más que derecho a la información. Implica la capacidad y necesidad humana y activa de y para emitir, recibir, decidir y participar en la construcción de la comunidad de comunicación, apuntando a una democracia radical en la esfera mediática, un principio fundamental de la nueva comunicación y la nueva política.

7. La construcción de un sujeto emancipador en y a partir de la comunicación

Desde una perspectiva que integra los ámbitos cognitivo y político/ social, Mattelart contribuyó a definir el sujeto comunicador-liberador. Según Mattelart, la comunicación liberadora se produce en y desde la acción consciente y colectiva. Mattelart (2002) destacó la experiencia concreta de las comunicaciones alternativas y populares, que actúan como laboratorios de una pedagogía social y comunitaria cuyo sujeto no es solo un receptor pasivo (como criticaría más tarde Bandura en la teoría del aprendizaje social), sino un productor activo, protagónico y crítico del sentido y de la realidad. Esta postura se aviene con la “zona de desarrollo próximo” de Vygotsky (1978), un espacio significativo en que la interacción social impulsa el desarrollo cognitivo y la conciencia crítica/ política.

8. La comunicación y el antecedente de los marcos cognitivos

La obra de Mattelart (1989) profundizó asimismo en cómo la comunicación dominante impone marcos de precomprensión que naturalizan la dominación (al estilo de Lakoff acuñó como los frames). La liberación exige una deconstrucción consciente de estos marcos (lo que Ponzio y Calefato llamarían más tarde la semiótica de la cotidianidad) para resistir la sumisión voluntaria y la servidumbre moderna/ posmoderna que Han (2014) identifica con el neoliberalismo.

9. La agenda de la transformación y la autonomía

Pero Mattelart no se conformó solo con la praxis de la crítica simplemente intelectual, sino que subrayó la vitalidad de las comunicaciones alternativas, nacional/ populares, comunitarias y emancipadoras. Dichas praxis diferenciadas son cardinales para generar un flujo horizontal, heteroglósico y policéntrico de información, desafiando la verticalidad y centralización de los medios privatizados y hegemónicos centrados en la creación de lucro; y de dominación política y sumisión geopolítica (Mattelart, 2007). Esta “pretensión de horizontalidad” y dialogicidad es la base de una verdadera democracia dialógica según Habermas (1984).

10. La comunicación por y para la unión Sur Sur

Finalmente, el trabajo de Mattelart visibilizó la necesidad y la urgencia de repensar y articular todas las luchas comunicacionales del Sur Global. La liberación tampoco en la comunicación puede resultar de una praxis aislada. Una comunicación liberadora debe ser resultado de un proceso solidario y dialéctico que requiere la cocreación de circuitos de información, comunicación y cultura autónomos y la alianza estratégica entre pueblos y naciones para construir un nuevo orden comunicacional continental y mundial, como exigencia ética de la praxis de liberación.

Conclusión

La obra de Armando Mattelart constituye un faro en la larga noche de la globalización mediática neoliberal en manos de las grandes corporaciones capitalistas occidentales. Sus aportes centrales —desde la crítica al imperialismo cultural y la geopolítica de las redes, hasta el fomento de la soberanía semántica y la articulación Sur-Sur— configuran la matriz conceptual y práctica de y para la nueva comunicación para la liberación de los pueblos. Al integrar el análisis de las estructuras de poder con el empoderamiento de los sujetos político/ comunicadores y la urgencia de la descolonización de la mirada desde un posicionamiento de clases y de pueblos, Mattelart brindó aproximaciones todavía hoy vitales para la construcción de una esfera pública más democrática, solidaria, emancipadora y revolucionaria.

Referencias

Apel, K. O. (1998). A priori de la comunidad de comunicación y fundamentos de la ética. En La transformación de la filosofía II: El a priori de la comunidad de comunicación (pp. 37-172). Taurus.

Bajtin, M. (1981). The dialogic imagination: Four essays (M. Holquist, Ed.). University of Texas Press.

Dussel, E. (1998). Ética de la liberación en la edad de la globalización y la exclusión. Trotta.

Ellacuría, I. (1990). Función liberadora de la filosofía. En Escritos filosóficos, Tomo I. UCA Editores.

Habermas, J. (1984). The theory of communicative action. Vol. 1: Reason and the rationalization of society. Beacon Press.

Han, B. C. (2014). Psicopolítica: Neoliberalismo y nuevas técnicas de poder. Herder.

Hinkelammert, F. J. (2002). El nihilismo al desnudo: Los principales problemas de la filosofía actual. LOM Ediciones.

Mainguenaud, D. (2005). Análisis del discurso. Gedisa.

Mattelart, A. (1996). La mundialización de la comunicación. Paidós.

Mattelart, A. (2002). Historia de las utopías planetarias: De la ciudad global a la sociedad de la información. Paidós.

Mattelart, A. (2007). Diversidad cultural y mundialización. Paidós.

Mattelart, A., & Mattelart, M. (1976). Comunicación e ideología de la esfera pública. Siglo XXI Editores.

Vigotsky, L. S. (1978). Mind in society: The development of higher psychological processes (M. Cole, V. John-Steiner, S. Scribner, & E. Souberman, Eds.). Harvard University Press.

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